Alemania importará de los países más cercanos a su entorno, como Francia o Bélgica.
La Organización Interprofesional de la Avicultura de Carne de Pollo
(Propollo) [1] cree que la detección de dioxinas en piensos de Alemania, en
explotaciones de cerdos y aves, podría favorecer a España a la hora de
exportar.
Así lo ha manifestado el presidente de
Propollo, Federico Félix, quien ha destacado que, lamentablemente,
cuando a un país le ocurre un problema de este tipo a otros les
beneficia, y en este caso "sí que podría favorecer los intereses
agroindustriales del sector productor de carnes y huevos".
Félix ha indicado que España no es uno de los principales proveedores
de Alemania, pero "es un cliente con el que tenemos relaciones
comerciales".
En este sentido, ha planteado que Alemania
importará de los países más cercanos a su entorno, como Francia o
Bélgica, pero que en cualquier caso "no todos los países está tan
preparados y tienen la capacidad y potencialidad de España, que es el
segundo productor de pollos europeo".
"Es una posibilidad que
está ahí y no tengo ninguna duda de que con el dinamismo del sector, se
va a aprovechar", ha aseverado.
El presidente de Propollo ha
remarcado que España, "afortunadamente está libre de este problema, no
hay ningún indicio, y todos los datos que se han barajado garantizan la
sanidad absoluta de la carne".
Según cifras del Ministerio de
Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), con datos de 2009, España
es el segundo país productor de carne de pollo con 1,09 millones de
toneladas, por detrás de Reino Unido, con 1,23 millones de toneladas.
Respecto al comercio intracomunitario, España importó en dicho
ejercicio 148.837 toneladas de carne de ave, procedente principalmente
de Francia (68.750 toneladas), frente a unas exportaciones de 64.410
toneladas, dirigidas, entre otros Estados, a Portugal (24.900) y
Francia (19.149).
En 2009, España exportó a Alemania 2.157 toneladas de carne de ave.
En la actualidad, miles de las granjas avícolas y porcinas que
sufrieron cierres preventivos temporales en Alemania pueden sacrificar
de nuevo a sus animales y comercializar sus productos, mientras que 558
factorías están aún clausuradas.
En concreto, se trata de 330
granjas en el estado de la Baja Sajonia, en el que llegaron a cerrarse
más de 4.000, 143 en Renania del Norte-Westfalia y 62 en
Schleswig-Holstein.
La Comisión Europea recordó el pasado
martes que desde que comenzaron las crisis por las dioxinas en Europa,
en 1999, se han repetido episodios en Alemania, Bélgica e Irlanda, y
que el motivo siempre ha sido la contaminación de los piensos.
Por ello, Bruselas estudia medidas como la separación de grasas
alimentarias y no comestibles, al igual que un refuerzo de los
controles.