Así lo ha explicado el vicepresidente de la Asociación de Criadores de Ganado Marismeño.
Entre 1.000 y 1.200 equinos que habitan en
estado semisalvaje en las marismas de Doñana saldrán el domingo de su
entorno natural para ser conducidos hasta el municipio de Almonte
(Huelva), en la 507 edición de la 'Saca de las yeguas', con la
preocupación de los ganaderos por el intenso calor.
Así lo ha
explicado el vicepresidente de la Asociación de Criadores de Ganado
Marismeño, Fernando Mayorga, que se ha mostrado confiado en que no se
produzcan bajas entre el ganado, para lo que se tendrá especial cuidado
durante la jornada, en la que se moverán alrededor de 800 reses adultas
y unos 400 potros que han nacido este año en el espacio natural.
El destino serán los 23 corrales del recinto ganadero municipal de
Almonte Huerta de la Cañada, adonde llegará un número de potros
"considerablemente" menor al de otros años debido a las precipitaciones
registradas durante el invierno que han motivado que muchas de las
crías tras nacer no hayan salido adelante por la cantidad de agua
existente en la marisma.
La 'Saca de las yeguas' es un acto
social protagonizado por los ganaderos de Almonte, con Doñana como
telón de fondo, que cada año cobra mayor interés turístico.
Serán más de 350 yegüerizos -ganaderos encargados de adentrarse en el
Espacio Natural de Doñana en busca de las reses-, repartidos en 17
reuniones o tropas, los que se dirigirán a las zonas de Marismilla
Nueva, Marismas de Hinojos, La Vera y las Playas del Rocío.
La
previsión es que sobre las ocho de la tarde alcancen Almonte, donde al
día siguiente comenzará la feria ganadera, en la que se llevarán a cabo
las labores tradicionales como la medición de las yeguas y las tareas
de tusa, que consiste en cortarles las crines y la cola, desparasitar a
los animales y marcar a los nuevos potros.
Esta tradición quedó
regularizada en 1504 con una ordenanza del Duque de Medina Sidonia en
la que se citaba la figura del "yegüerizo" del concejo y establecía que
el ganado se sacase de los prados acotados al efecto por la festividad
de san Juan, el 24 de junio, legalizando de esta forma una práctica
ancestral.