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Greenpeace, Ecologistas en Acción y la organización agraria COAG han exigido a la Unión Europea la retirada de los plaguicidas neonicotinoides, que afectan al sistema nervioso de las abejas y dejan residuos en el néctar y el polen de las flores de los cultivos tratados.

Los apicultores de COAG y los dos grupos ecologistas exigen además que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria complete la evaluación de riesgo de estas moléculas, una vez que hay "pruebas suficientes de la alta toxicidad de estos plaguicidas", así como prohibirlas en la pulverización de cualquier cultivo.

Los estudios de la Agencia de Seguridad Alimentaria sobre los usos autorizados de tres moléculas neonicotinoides (clotianidina, tiametoxam e imidacloprid), difundidos en enero, se produjeron a petición de la Comisión, Parlamento y Consejo europeos.

Sus primeras conclusiones demuestran "la alta toxicidad de estos plaguicidas sistémicos neurotóxicos para las abejas melíferas, denunciados en los últimos quince años por los apicultores europeos ante las instituciones comunitarias y los Estados miembros".

Europa "no puede renunciar a su propia seguridad alimentaria, ya que el 84 % de la producción alimentaria depende estrechamente de la polinización desarrollada por las abejas, siendo la "actividad apícola un servicio medioambiental y un bien público estratégico que complementa y debe integrarse con la actividad productiva que realizan los agricultores", añaden las tres organizaciones.

Según la Comisión Europea, el continuo declive de las poblaciones de abejas y otros polinizadores podría tener graves consecuencias para los agricultores y el sector de la agroindustria de la UE.