UPA-Andalucía muestra su preocupación porque en una campaña importante, con unas previsiones de producción de 220.000 toneladas y 75.000 hectáreas cultivas, la baja de precios de la fibra en el mercado internacional hace que muchos agricultores solo puedan cubrir costes, mientras que otros entrarán en pérdidas
UPA-Andalucía prevé una producción de algodón para esta campaña de 220.000 toneladas en las 75.000 hectáreas, aproximadamente, que se han sembrado en el Sur de España, fundamentalmente en la Cuenca del Guadalquivir. Unas previsiones superiores a la cosecha de los dos últimos años, que fueron de 150.000 y 175.000 toneladas respectivamente. Sin embargo, los algodoneros andaluces no se beneficiarán de este incremento productivo, puesto que sus ingresos serán menores a los de campañas pasadas. Y esto es así, sobre todo, por la situación de bajos precios que sufre el sector, algo que, de no poner remedio de forma urgente, podría hacer inviable la siembra, puesto que ya en esta campaña habrá algunos agricultores que solo cubran costes de producción, mientras que otros entrarán en pérdidas.
UPA-Andalucía denuncia que la situación del mercado internacional de la fibra está marcando el devenir de la campaña. Las cotizaciones de la bolsa de Nueva York han bajado con respecto al año pasado, lo que repercute negativamente en la renta de los agricultores, que verán reducidos de una forma importante sus ingresos por la venta del algodón. Así, si el año pasado se cobraron unos 0,51 euros por kilo, este año se rebaja de forma alarmante el dinero que percibirán los algodoneros entre los 0,30 y los 0,36 euros por kilo. Además, a esta situación se une el precio de la semilla que lleva el algodón bruto, utilizada para el ganado, que también ha bajado por el descenso de otras materias primas como el maíz.
Sumando ambos precios, UPA-Andalucía asegura que, ahora mismo, el algodón tiene un precio que no supera esos 0,36 euros por kilo. Y, para mayor problema, el sector no dispone actualmente de unas ayudas adicionales, como la agroambiental, que ya no se da, lo que igualmente tendrá una repercusión negativa sobre la rentabilidad del cultivo. Además, se ha reducido el importe de la ayuda específica a la hectárea por rebasarse la máxima superficie cultivada, que podrá estar en torno a unos 900 euros por hectárea, cuando el año pasado superó los 1.000 euros.
Ante esta situación, UPA-Andalucía hace un llamamiento a las administraciones para que, con vistas a la próxima campaña, el sector del algodón tenga un apoyo financiero para que realmente no haya un peligro real de desaparición de un porcentaje alto de superficie. Al quedarse desacoplada la ayuda a la calidad, si no se dispone el año que viene tampoco de la agroambiental, y el importe de ayuda acoplada baja con la nueva reforma, a partir de enero de 2015, unido a la bajada de precios de la fibra, el cultivo del algodón es inviable para su siembra. Y recordamos que este sector tiene una importancia socioeconómica fundamental en zonas rurales desfavorecidas, por lo que si desaparece puede acarrear un problema social y económico importante en toda Andalucía.
Otro de los problemas de esta campaña es que, en un tiempo normal de recolección dadas las condiciones climatológicas que disponemos en Andalucía, no contamos con más de 45 días de recolección y no hay suficiente capacidad de desmotado para poder asumir la elevada producción prevista en tan poco tiempo. Otro problema son las incidencias generadas a lo largo de la campaña por las plagas de heliotis, araña roja, y gusano rosado. Unos problemas que han hecho que suban los costes de producción del cultivo y se haya producido mermas en producción y en la calidad de la fibra.
Asimismo, volvemos a reclamar al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que autorice el tidiazurón, que es el único defoliante que no deja residuos, que defolia el algodón de forma natural y que es respetuoso con el medio ambiente, además de producir efectos favorables sobre el cultivo como un adelanto de entre 10-15 días en el inicio de la recolección, una mayor calidad de la fibra al reducirse la cantidad de hojas adheridas y las impurezas.
