Los oleicultores se preparan para afrontar la recolección desde finales de octubre, y se mantiene la incertidumbre sobre las cifras de producción
La campaña de comercialización 2014-2015 concluye el 30 de septiembre con bajas existencias para abastecer el mercado hasta que lleguen los nuevos aceites de oliva y elevados precios, especialmente para la categoría virgen extra.
Los oleicultores se preparan para afrontar la recolección desde finales de octubre -el día 1 del citado mes arranca la nueva campaña de comercialización 2015-2016-, y se mantiene la incertidumbre sobre las cifras de producción, aunque más consenso hay en la firmeza de los precios -salvo tensiones especulativas- y en que se mantendrá la caída de la demanda por la escasez del aceite y su encarecimiento.
El responsable de aceite de oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Cristóbal Gallego, ha detallado que, a falta de aforos oficiales, todo apunta a una cosecha "media" en producción, tras un ejercicio marcado por un verano muy seco y con temperaturas récord que han dejado muchas aceitunas "como pasas".
A finales de julio había tan sólo 330.700 toneladas de aceite en stock y, por primera vez -algo insólito-, los envasadores tenían en su poder más cantidad (183.400 t) que las almazaras (143.000 t).
Cuando se cierre la campaña actual de comercialización, Gallego augura que el enlace de campaña se reducirá a 140.000 o 150.000 t, una cifra con muy pocos precedentes y bastante escasa para abastecer a un mercado con salidas mensuales de 114.000 t hasta que lleguen los nuevos aceites de la temporada 2015-2016.
El gerente y portavoz de Asaja-Jaén, Luis Carlos Valero, ha señalado que avanzar un aforo en estos días es muy complicado porque será la climatología de las próximas semanas la que marcará la producción de aceite que se logrará, más aún dada la irregularidad del fruto en el árbol, afectado por la sequía de manera desigual. "Durante septiembre y octubre es cuando mayor cantidad de aceite se forma en el fruto, por lo que esta época será determinante", ha puntualizado Valero, quien ha confiado en que se logre una campaña media o media-alta, siempre que el tiempo acompañe.
El portavoz de Asaja-Jaén ha augurado que el enlace de campaña rondará apenas 100.000 toneladas para atender el mercado hasta que lleguen en octubre los primeros vírgenes extra, lo que es "prácticamente lo que albergan las tuberías de los envasadores". Sin embargo, no faltará aceite porque la subida de precios del aceite de oliva provoca el descenso del consumo de este producto, en beneficio de otras grasas de origen vegetal más baratas.
Así, habrá "un enlace de campaña justo", con lo que "la tensión de precios se va a mantener", por lo que ha reiterado la necesidad en el sector de implantar algún mecanismo de regulación de mercados que permita transferir aceite en años de sobreproducción a ejercicios de carestía, garantizar así las disponibilidades y precios razonables para agricultor y consumidor.
El representante de COAG en la Interprofesional del Aceite de Oliva, Juan Luis Ávila, ha recordado que las previsiones que se manejaban a principios de campaña apuntaban una cosecha de entre 1,1 y 1,3 millones de toneladas (frente a las 837.600 toneladas del año pasado), aunque hay muchas dudas porque "el olivar está ahora al límite en la provincia de Jaén", la primera productora del país. "El déficit hídrico es tremendo y se ha arrugado mucho fruto, tanto en el secano como en los regadíos, a pesar de que en este último caso regamos con las máximas dotaciones", ha incidido Ávila.
Si en los próximos 15-20 días no llegan lluvias importantes, ha destacado, "en el secano nos podríamos quedar con el 30 o 50 % de la cosecha que esperábamos, y en el riego también perderíamos una parte importante", por lo que "este año nos estamos jugando en las precipitaciones de principios de otoño mucho más que otros años".
De cara a la próxima campaña, se adelantará la recolección a finales de octubre para aprovechar el buen momento de los precios, y se generalizará en noviembre, según Ávila, quien ha reiterado la necesidad de poner en marcha algún mecanismo de regulación de mercados para evitar los desequilibrios en el sector.
Desde los Servicios Técnicos de UPA, David Erice ha afirmado que "la mejor palabra que define la próxima campaña es la incertidumbre", porque la sequía de los últimos meses ha dejado al olivar "tocado".
"Dentro de una misma parcela hay árboles muy cargados y otros prácticamente sin aceitunas; la duda es cómo van a evolucionar en este mes y medio o dos meses que quedan hasta que se generalice la recolección", ha remarcado Erice. En su opinión, los oleicultores mantienen sus esperanzas de que lleguen precipitaciones "aceptables" que traigan una cosecha "digna", aunque no ocultan sus dudas y temor sobre el ejercicio.
A finales de julio había unas 300.000 t de aceite almacenadas, que podrían reducirse, cuando se contabilice agosto y septiembre, a entre 100.000 y 150.000 t, según ha calculado. "Se habla de un stock prácticamente cero al final de la actual campaña" y, "en el mejor de los casos (si llueve), la próxima producción será de 1,3 millones de t, justo lo que se comercializa", ha detallado Erice.
