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La Denominación de Origen Condado de Huelva ha dado por concluida la campaña 2009 que ha registrado en producción un incremento del 15 por ciento con respecto a 2009, con una cifra provisional de 32.600.000 millones de kilos de uva, frente a los 28 millones de 2008.

Según ha informado el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Condado de Huelva y Vinagre del Condado de Huelva, a falta de la declaración de cosecha que han de realizar las propias bodegas en la segunda quincena de noviembre, los datos arrojan un rendimiento de kilos de uva/litros de mosto producido del 70 por ciento.

Se ha destacado que las condiciones que se han dado durante la maduración han sido las adecuadas y la sanidad de la uva es "muy buena", si bien se ha apuntado que durante la última fase de la maduración el rendimiento de las bayas se ha visto mermado a causa de las condiciones climáticas que se han producido en estas fechas, con ausencia de lluvias.

Estas cifras son las que se desprenden tras llegar a su fin la recolección de la uva zalema (mayoritaria en la zona del condado de Huelva), así como el resto de variedades autorizadas, en las 36 bodegas adscritas al Consejo, que dieron por finalizada la vendimia el pasado 7 de octubre.

La vendimia en el Condado de Huelva empezó con las variedades tintas Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Cabernet Franc el 7 de agosto, finalizando la misma el 30 de agosto, con la elaboración de unos mostos que "auguran una buena cosecha" en cuanto a la calidad de los vinos.


Esta ha sido la primera vendimia en la que el Consejo Regulador ha efectuado controles sobre las nuevas variedades, una vez publicado el pasado marzo el nuevo Reglamento que ampara las nuevas variedades tintas y blancas.

La vendimia arroja una grado medio que oscila entre los 11,20 grado Baumé (nivel de concentración de azúcar en la uva, que posteriormente se convertirá en alcohol durante la fase de fermentación del mosto o zumo de la uva), pH 3,60 (índice que marca el grado de acidez del mosto) y una acidez total de 4,25 g/l expresada en tartárico.

Unos parámetros "idóneos, según el Consejo Regulador, que hacen presagiar la buena calidad del mosto y por lo tanto del vino que obtendremos, una vez finalizados los procesos fermentativos.