La práctica de esta actividad ocupará, durante un año y sin posibilidad de prórroga, 250.000 metros cuadrados de dominio público marítimo terrestre
El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha
autorizado a una sociedad la ocupación temporal de dominio público
marítimo-terrestre en Estepona para la instalación experimental del cultivo de
la zamburiña, un molusco bivalvo de los fondos arenosos del Atlántico y del
Mediterráneo.
La práctica de esta actividad ocupará, durante un año y sin
posibilidad de prórroga, 250.000 metros cuadrados
de dominio público marítimo terrestre frente a las costas del término municipal
de Estepona y finalizado este tiempo deberá procederse al levantamiento de la
instalación, según ha informado el Ayuntamiento mediante nota de prensa.
La ubicación propuesta por el Ministerio no parece afectar a
los arrecifes artificiales sobre los que se pretende ubicar y cuyo
concesionario es la Junta
de Andalucía.
No obstante, tal y como exige la Consejería de Medio
Ambiente en el informe del 7 de octubre de 2009, la proximidad de la parcela
seleccionada al Lugar de Interés Comunitario (LIC) mediterráneo de la Red Natura 2000,
"Fondos Marinos de la Bahía
de Estepona", se deben extremar las precauciones durante la ejecución del
proyecto, en la fase de instalación de las estructuras y elementos de fondeo.
Según la fuente, "hay que ser precavido" en las
tareas de explotación y mantenimiento, con el fin de evitar daños a los
hábitats protegidos.
El cultivo experimental de zamburiña hasta el tamaño
comercial se ha desarrollado con éxito en Galicia a partir de semilla obtenida
en los criaderos del Centro Oceanográfico de A Coruña, después de desarrollar
técnicas de acondicionamiento de reproductores, de cultivo de larvas, de
fijación de semilla y de viveros en mar.
Aunque las tasas de crecimiento varían según la época en la
que la semilla se sumerge en el mar, en general la semilla de zamburiña
producida en criaderos necesita alrededor de 20 meses para pasar de 2 milímetros a 40 milímetros de
altura.
El desarrollo de varios proyectos de investigación durante
los últimos años ha permitido solventar la mayor parte de los problemas que
frenaban el desarrollo del cultivo en criaderos, tales como acondicionamiento,
asentamiento y traslado al mar.