Actualmente, se localiza en 16 explotaciones, con 19 caballos afectados, tras declararse siete nuevos casos en seis explotaciones.
La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, ha hecho hincapié en la
importancia que para la prevención y control de la Fiebre West Nile
están teniendo las actuaciones coordinadas desde la comisión técnica
integrada por su Departamento y las Consejerías de Salud y Medio
Ambiente. Aguilera ha realizado estas declaraciones, en respuesta a una
pregunta planteada por el Grupo Socialista durante el pleno
parlamentario sobre las actuaciones que se vienen desarrollando para
prevenir y combatir esta enfermedad que, actualmente, se localiza en 16
explotaciones, con 19 caballos afectados, tras declararse siete
nuevos casos en seis explotaciones.
Asimismo, ha destacado la labor divulgativa que se está realizando,
con objeto de reforzar y complementar las medidas preventivas y de
control, mediante la publicación, en tiempo real, en la web de
Agricultura, de la relación de explotaciones afectadas, y de un díptico
explicativo de la enfermedad, sus síntomas y las actuaciones a seguir
por parte de los ganaderos, insistiendo en la necesidad de un
seguimiento periódico y de métodos de prevención centrados en el manejo
de las explotaciones.
En esa tónica de constante asesoramiento e información, desde la
Consejería de Agricultura se está recomendando a los ganaderos la
continua vigilancia y observación de sus animales, para una más rápida
identificación del virus. En ese sentido, y con objeto de detectar
precozmente la existencia de nuevos casos, Clara Aguilera ha asegurado
que, desde que se declaró el primer foco de esta enfermedad en
Andalucía, se han venido reforzando los controles zoosanitarios en
explotaciones, dentro del plan de vigilancia epidemiológica de la West
Nile que se viene desarrollando en nuestra Comunidad Autónoma.
La consejera ha recordado, igualmente, que esta enfermedad
infecciosa no es contagiosa, se transmite por la picadura de un
mosquito, nunca directamente, ni mediante la ingesta de alimentos y,
aunque también puede afectar a mamíferos como los caballos, se localiza
principalmente en las aves, que actúan como su reservorio
epidemiológico.