La publicación Enfermedades de moluscos bivalvos de interés en Acuicultura recoge los resultados de investigación desarrollados durante más de 20 años.
Un diagnóstico rápido de las enfermedades de moluscos de
interés comercial como el mejillón, la almeja, el berberecho y la ostra es
fundamental para evitar pérdidas económicas derivadas de una epidemia
incontrolada e impedir la extensión de la infección a zonas limpias.
Así lo constatan los doctores del Grupo de Inmunología y
Genómica del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo del CSIC,
Antonio Figueras y Beatriz Novoa, coordinadores de la publicación Enfermedades
de moluscos bivalvos de interés para la Acuicultura.
El libro, coeditado por la Agencia Estatal
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Observatorio
Español de Acuicultura (OESA), se ha presentado hoy en la sede de la Fundación CETMAR
en Vigo. Al acto han asistido la Directora Gerente la Fundación CETMAR,
Paloma Rueda; el Director Gerente de la Fundación OESA,
Javier Remiro y los coordinadores del libro, Antonio Figueras y Beatriz Novoa.
Esta publicación recoge los resultados de investigación desarrollados durante más de
20 años en el ámbito de las enfermedades de moluscos bivalvos. Entre las
conclusiones, el profesor de Investigación del IIM y director del Laboratorio
Nacional de Referencia para enfermedades de moluscos bivalvos, Antonio
Figueras, destaca que ningún agente infectivo que afecta a los bivalvos puede
ser transferido al hombre.
De hecho, apunta que las toxinas asociadas al peligro de
comer mejillones y ostras afectadas por mareas rojas, no se vinculan a la
presencia de patógenos sino que estos episodios resultan de un crecimiento
masivo y repentino de unos organismos fitoplanctónicos denominados
dinoflagelados.
Por lo tanto, según Antonio Figueras, la importancia del
diagnóstico rápido de enfermedades de moluscos de interés comercial responde a
dos motivos fundamentales. Por un lado, puede evitar una catástrofe económica derivada
de una epidemia incontrolada y, por otro, impedir la extensión de los agentes
infecciosos a zonas de cultivo todavía limpias de patógenos.
Para el diagnóstico de enfermedades de los moluscos bivalvos
se emplean métodos laboriosos, además se necesita una gran densidad del
patógeno para su detección y no permiten distinguir con seguridad unos
patógenos de otros de morfología similar, describe Figueras. En el caso de las
bacterias, son demasiado pequeñas como para determinar su especie en el microscopio
óptico, mientras los virus ni siquiera se ven. En estos casos, según los
investigadores, los síntomas de la enfermedad pueden ser de gran ayuda ya que
algunos son característicos de un determinado patógeno, pero en numerosas
ocasiones los síntomas causados por distintos microorganismos son iguales.
No obstante, Figueras incide en que afortunadamente hoy en
día se están desarrollando técnicos inmunológicas y de biología molecular muy
rápidas, sensibles y específicas para cada patógeno. El inconveniente de estos
métodos es el coste y, sobre todo, que no están suficientemente optimizados
como para patentarse y aplicarse rutinariamente como sistema de control de
enfermedades, apunta el coordinador de la publicación.
A pesar de ello, Antonio Figueras asegura que los avances
en este campo son muy rápidos y en poco tiempo esperan disponer de métodos de
diagnóstico específicos para cada patógeno que afecta a los moluscos bivalvos
de las costas españolas.
La publicación se puede adquirir a través de la web de la Fundación OESA http://www.fundacionoesa.es/publicaciones/enfermedades-de-moluscos-bivalvos-de-interes-en-acuicultura