El asunto se abordó en una reunión en Bruselas donde se analizaron las consecuencias de la suspensión del acuerdo con Rabat.
Representantes de los pescadores, las ONG y
las industrias del sector expresaron hoy su preocupación por el futuro
importantes pactos pesqueros entre la UE y países como Mauritania o
Guinea Bissau, después del veto del Parlamento Europeo (PE) al pacto con
Marruecos.
El asunto se abordó en una reunión en Bruselas
donde se analizaron las consecuencias de la suspensión del acuerdo con
Rabat y su posible impacto sobre otros convenios, explicó a Efe el
secretario general del Consejo Consultivo Regional de Flota de Larga
Distancia en Aguas no Comunitarias (LDRAC), Carlos Aldereguía.
El pacto entre la Unión Europea y Marruecos -que fue suspendido por el
veto del Parlamento Europeo (PE) en diciembre del pasado año- ofrecía
119 licencias, un centenar para España, si bien en la práctica su final
afectó a 64 barcos españoles y a 500 empleos directos.
Los
representantes de la Comisión Europea (CE) que asistieron al encuentro
indicaron que Bruselas ya trabaja en la reanudación del acuerdo y que
espera contar "en breve" con un mandato de los Veintisiete para iniciar
las negociaciones.
Además, según Aldereguía, por primera vez
la CE se mostró dispuesta a plantear una reprogramación de los fondos
europeos de pesca con el fin de que los Estados miembros los puedan
utilizar para compensar a la flota afectada por el final de las
actividades pesqueras.
Por su parte, el secretario general de
la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, confió en
que la Comisión Europea muestre una "mejor disposición" que en el pasado
para negociar ese convenio y que el mismo mejore las condiciones
técnicas y prevea una contrapartida "razonable".
Sobre las
compensaciones a la flota afectada, Garat señaló que "queda en el aire"
lo que ocurrirá con el dinero pagado a Marruecos por el coste de las
licencias, ya que según Bruselas no hay ningún mecanismo previsto a
nivel comunitario para resolver la cuestión, que se deberá tratar
directamente con las autoridades marroquíes.
Para Garat, la no
renovación de ese pacto dejaría a la flota española que faenaba en la
zona, que es costera y artesanal "sin alternativas", a diferencia de lo
que ocurriría con otras que operan en esas aguas, como la holandesa, que
podría trasladarse a otras zonas.
Los asistentes a la reunión
constataron, por otra parte, que las negociaciones del acuerdo pesquero
con Mauritania, el más importante para la UE, que expira el próximo mes
de julio y permite operar en sus aguas a 110 barcos europeos, 63 de
ellos españoles, están siendo "mucho más difíciles de lo previsto",
según Aldereguía.
Las discusiones para su renovación
atraviesan un momento difícil, tras el fracaso en la última ronda
negociadora entre los representantes europeos y mauritanos celebrada en
diciembre en Nuakchot.
Por un lado, la CE quiere imponer
nuevas condiciones en el uso de las redes o las zonas de acceso a la
pesca que podrían ser "un palo brutal" para las flotas que operan en la
zona.
Por otro, las autoridades mauritanas parecen no ser
conscientes de la necesidad de cambiar su estrategia de negociación, que
deja para el último momento la resolución de los temas pendientes.
Aldereguía explicó que la técnica que ya no puede dar buenos
resultados ahora que los convenios pesqueros se aprueban por codecisión
entre el Consejo y Parlamento Europeo, lo que exige "mucho más tiempo"
de negociación.
Además, China está muy interesada en obtener
licencias para faenar en la zona, algo que también supone una amenaza
para la UE, indicó.
La no renovación sería un mazazo para España, ya que se trata de un pacto "esencial" para el país, señaló.
En particular, afectaría a la flota atunera, cefalopodera y marisquera, que se quedarían "sin alternativa".
También existe preocupación por los acuerdos con Guinea Bissau, y con
Gabón, aunque este último se encuentra suspendido desde que la CE quiso
introducir una cláusula sobre la situación de los derechos humanos que
rechaza el país africano.