Andalucía Investiga
Expertos del grupo Tecnología de la Producción Agraria
en Zonas Semiáridas de la
Universidad de Almería estudiarán el uso de diferentes
técnicas de aplicación de fitosanitarios en invernaderos como alternativa a las
actuales pistolas hidráulicas, en el marco de un proyecto de excelencia que la Consejería de Economía,
Innovación y Ciencia ha financiado con 186.668 euros.
La creciente preocupación por el empleo de productos
fitosanitarios, como consecuencia de los efectos negativos que originan
relacionados con la salud de las personas y el medio ambiente, ha dado lugar al
desarrollo y empleo de métodos menos agresivos para el control de plagas y
enfermedades en los cultivos. Entre éstos destacan el control integrado de
plagas y el empleo de sustancias químicas de baja peligrosidad. También desde
el punto de vista administrativo diferentes instituciones y organizaciones
competentes en la materia están desarrollando normativas encaminadas a reducir
los riesgos derivados del empleo de productos químicos en la agricultura. No
obstante, el empleo de fitosanitarios sigue siendo la alternativa más utilizada
en agricultura.
En este contexto resulta imprescindible avanzar hasta
tratamientos optimizados desde un punto de vista técnico y agronómico. Sin
embargo, hasta el momento, el empleo de productos y equipos de aplicación poco
adecuados provoca la baja eficacia de los tratamientos en los cultivos en
invernadero. Por otra parte, las condiciones de trabajo propias de los
invernaderos -caracterizadas por aplicaciones frecuentes de fitosanitarios, en
recintos cerrados y con una temperatura y humedad relativa elevadas- junto con
la utilización de fungicidas e insecticidas suponen un riesgo de exposición
para la salud de los trabajadores y para el medioambiente.
Para solventar estos obstáculos, expertos del grupo
Tecnología de la
Producción Agraria en Zonas Semiáridas de la Universidad de Almería
estudiarán y caracterizarán diferentes técnicas de aplicación como alternativa
a las pistolas hidráulicas, en el marco de un proyecto de excelencia que la Consejería de Economía,
Innovación y Ciencia ha financiado con 186.668 euros. Asimismo, desarrollarán
un modelo que permita determinar los volúmenes de aplicación del tratamiento en
función de la cantidad de vegetación, con criterios racionales y sencillos para
el agricultor.
De ahí que los investigadores almerienses persigan
caracterizar desde un punto de vista técnico y agronómico, los equipos de
aplicación más empleados en los invernaderos, como pistolas pulverizadoras,
equipos con barras pulverizadoras verticales e instalaciones fijas de
nebulización, para optimizar su funcionamiento, permitiendo una mayor retención
en las hojas y reduciendo los riesgos medioambientales. Hasta ahora, los
tratamientos más extendidos en invernadero se realizan fundamentalmente
mediante pistolas hidráulicas. Esta técnica se caracteriza por su baja
eficacia, debido a las importantes pérdidas de producto en el suelo y a la
falta de la uniformidad de distribución del fitosanitario en la masa vegetal,
explica el responsable del estudio Julián Sánchez-Hermosilla.
Como alternativa a la pistola hidráulica, los expertos están
estudiando el comportamiento de equipos dotados con barras pulverizadoras
verticales y sistemas fijos de nebulización. Los resultados obtenidos hasta el
momento, muestran que la barra de pulverización vertical distribuye mejor el
tratamiento a la masa vegetal con menos esfuerzo y que reduce el volumen de
aplicación en aproximadamente un 40%. Asimismo, están estudiando la eficacia de
la nebulización, es decir, la aplicación de pequeñas gotas de agua en el
ambiente de un invernadero para provocar una niebla, como método de aplicación
de los tratamientos.
Por otra parte, el proyecto pretende desarrollar una
herramienta de uso práctico que permita calcular dosis de aplicación en función
de la cantidad de vegetación a tratar y variables del equipo de tratamiento,
como el tipo de boquillas o la presión de trabajo. En este sentido, el
parámetro que con mayor fiabilidad caracteriza la cantidad de masa vegetal es
el IAF (Indice de área foliar), que representa la superficie de hojas de la
vegetación por unidad de superficie de cultivo. Sin embargo, debido a la
dificultad de utilizar este parámetro a nivel práctico, se está desarrollando
un modelo que estime el IAF en función de parámetros geométricos del cultivo
fácilmente medibles con son la altura y la anchura de la masa vegetal. Hasta
ahora, el agricultor administra sus tratamientos en función de su propia
experiencia. No obstante, nosotros pretendemos obtener un método sencillo, como
medir la anchura o la altura de la planta, para determinar qué volumen de
aplicación hay que utilizar en cada momento, aclara Sánchez-Hermosilla.
Beneficios económicos y ambientales
Los instrumentos y estrategias de racionalización planteados
en este estudio, el primero de este tipo que se realiza para invernaderos,
permitirán conocer los mejores equipos de aplicación de fitosanitarios y
disponer de herramientas para la calibración de los mismos basados en
parámetros científicos y características de la masa vegetal. Por otra parte,
permitirá el empleo de sistemas electrónicos de bajo coste para la regulación y
control de los equipos de aplicación.
Según los investigadores de la UAL, todo ello originará
beneficios económicos y medioambientales. Se producirá una reducción de los
volúmenes de aplicación y un incremento de la eficacia, que repercutirá de
manera inmediata sobre los costes de cultivo, así como menores pérdidas en el
suelo y en el ambiente del invernadero. En el ámbito laboral, se reducirá el
riesgo de exposición para los operarios que tienen que manipular este tipo de
productos, apostilla Sánchez-Hermosilla.