Ricardo Serra
ASAJA
Decepcionante,
es el término que, a juicio de ASAJA-Sevilla, acompaña cada oportunidad que en
2010 se ha dejado escapar tanto a nivel autonómico como a nivel nacional o
europeo para salvar de la ruina a nuestra agricultura y ganadería.
El presidente
de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, acompañado por el secretario general, Miguel
Afán de Ribera, han presentado esta mañana en rueda de prensa el balance
agrario del año 2010, un año de promesas incumplidas por parte de todas las
Administraciones y de oportunidades perdidas, como algunos proyectos
legislativos (Proyecto de la Ley
del Olivar, Ley de Aguas o Ley de la
Dehesa) que no han venido a resolver los problemas del
sector, así como el año del fiasco de la presidencia española de la Unión Europea.
Los debates
sobre el futuro de la PAC
más allá de 2013 ante la presentación de la Comunicación
presentada el pasado 18 de noviembre han centrado gran parte de la agenda
política. Pero la propuesta, como ha señalado Serra, no ha sido sino otra
oportunidad perdida para vislumbrar un futuro más esperanzador en el sector,
una nueva decepción que pone en peligro la supervivencia de la agricultura
andaluza.
Lejos de
encontrar soluciones, el presidente de ASAJA ha destacado que en 2010 se han
agravado todos los problemas del campo. La caída de la renta sostenida, el
envejecimiento de la población activa agraria y la falta de competitividad de
las explotaciones, la enrevesada normativa medioambiental o la falta de
infraestructuras han llevado a la ruina a muchas explotaciones agrarias. Más de
20.000 han abandonado su actividad en los últimos tres años.
En 2010 prácticamente
todas las producciones agrarias están vendiéndose a pérdidas, mientras que la renta
agraria está congelada desde el año 93. Y sectores tan emblemáticos como el
aceite de oliva y la aceituna de mesa sufren una crisis de precios sin
precedentes. El gran problema del sector agrario en 2010 ha sido de nuevo las
desigualdades en el reparto de margen en la cadena de valor.
A esto hay que
sumar el incremento de los robos en el
campo que se ha multiplicado durante los últimos meses, creando indefensión e
inseguridad, e incrementando las pérdidas de las explotaciones.
Un mal año para casi todos
los cultivos
Prácticamente
todos los cultivos se han visto afectados por las incidencias climatológicas,
así como por los bajos precios percibidos por sus producciones.
La campaña de
remolacha se
puede calificar como negativa debido a las inclemencias meteorológicas, que han
reducido considerablemente la superficie sembrada y, en consecuencia, la
producción final.
También las duras
condiciones climatológicas han afectado a la campaña de cítricos, causando una
merma en la cosecha respecto a la campaña anterior en torno al 30% a nivel
andaluz y en torno al 42% en la provincia de Sevilla, y a la cosecha de patata,
que ha visto reducida tanto su superficie como su producción al 50% de la media
de los últimos años.
En cuanto a los cereales,
el inicio del primer año de desacople pleno de las ayudas, así como la
repercusión de los bajos precios recibidos en la campaña 2009, ha provocado un descenso
de superficie sustancial en los trigos.
La cosecha de aceituna de
mesa ha sido muy superior a la de 2009, si bien los precios continúan siendo
muy bajos. También en el aceite la campaña de 2010 ha experimentado un
importante incremento de producción, con las mayores disponibilidades de la historia,
mientras que los precios continúan alcanzando unos niveles muy por debajo de
los costes de producción.
Por su parte, el girasol ha
visto disminuir significativamente su superficie, si bien los rendimientos de
la cosecha han sido buenos, mientras que los precios experimentan una tendencia
alcista.
Por último, el arroz
ha vivido otro año de normalidad al no tener restricciones de riego, lo que ha
permitido sembrar de nuevo el 100% de la superficie, que ha sido de gran
calidad, mientras que en el algodón, con unos buenos rendimientos gracias a la
menor incidencia de las plagas y a la obligatoriedad de obtener unos
rendimientos mínimos, los productores españoles no se han visto plenamente
reflejados los históricos precios alcanzados en el mercado internacional,
debido al oligopolio en el que opera el sector desmotador en Andalucía con la
complicidad de la
Consejería de Agricultura y el Ministerio de Medio Ambiente y
Medio Rural.
Es un milagro que siga
habiendo ganaderos
En
cuanto a la ganadería, 2010
ha sido un año especialmente duro para el sector
ganadero, sin duda, el que ha pasado por más dificultades este año, hasta el
punto que el presidente de ASAJA-Sevilla ha afirmado que es un milagro que
siga habiendo ganaderos.
Este
sector lleva un lastre de 3 años malísimos, a los que se suma el actual, con un
brutal incremento del precio de los piensos. Aunque se observa un cierto
repunte de los precios de las carnes con respecto a los desastrosos años
precedentes, aún estamos lejos de la rentabilidad.
El
sector sufre una crisis de precios generalizada, el ganado no vale lo que
cuesta producirlo, y ello ha llevado a importantes pérdidas en el sector,
causando en muchos casos el cese de la actividad. Ello es debido a múltiples
factores, pero la causa fundamental es el elevado coste de producción del
ganado, y sobre todo su alimentación, muy influenciada por las altas
cotizaciones de los cereales. En los meses de verano, se alcanzaron precios
desorbitados en las materias primas para la elaboración de piensos.
La escalada
de precios se inicia con las sequías e incendios forestales que afectan a Rusia
y a otros exportadores del Mar Negro, que provocó la restricción de las
exportaciones de trigo con el objeto de garantizar la alimentación de su
población. Este hecho tiene una gran trascendencia debido a que las
exportaciones de los países del Este tienen una enorme importancia en el
mercado internacional. Los países de la
CEI producen el 22% del cereal mundial y países como Rusia,
Ucrania y Kazajistán acaparan el 29% de las exportaciones mundiales.
A raíz
de esta situación, se inicia una escalada de compras especulativas en los
mercados de futuros, que llega a encarecer el producto hasta en un 40%,
provocando una reacción que se traslada al resto de la cadena agroalimentaria.
Analizando
la producción y el stock mundial de cereales, todo lo anterior explicaría
cierta inestabilidad en los mercados, pero
no justifica por sí solo el
incremento de las cotizaciones de las materias primas agrícolas. Las causas hay
que buscarlas en la lectura interesada de estos datos y en su utilización
especulativa para incrementar las cifras de negocio. Según datos del MARM, desde junio hasta
octubre el precio de los piensos para terneros de cebo y cerdos de cebo se
incrementó en un 20 %.
A todo
esto hay que añadir el aumento de burocracia y de requisitos de diversa índole
(inspecciones, saneamientos, movimientos pecuarios, identificación, etc.), que
han provocado, entre otros efectos, un aumento de los costes de producción y un
desánimo generalizado entre los ganaderos. Continúa, en consecuencia, el
descenso paulatino de censos y de explotaciones. Se podría concluir que la
ganadería sufre una crisis permanente.
Así las cosas, el
presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra, desea que 2011 sea un año mejor, y
para ello, asegura, hay que empezar por cambiar la actitud de las
Administraciones, dejarse de fanfarria y de vender flores y actuar de verdad,
porque los agricultores han demostrado una gran capacidad de resistencia en la
batalla, pero esto ya no puede seguir así.