Unos doscientos microbiólogos que trabajan en alimentación en
España, principalmente, pero también en Europa e Iberoamérica,
han analizado en el congreso bianual, celebrado en Valladolid, las estrategias y retos de la seguridad
alimentaria en un mercado globalizado.
El presidente del Comité
Organizador del Congreso, el microbiólogo leonés David Rodríguez
Lázaro, ha explicado que "ahora mismo" se puede asegurar "que
nunca ha habido unos estándares en seguridad alimentaria" como los
actuales, aunque "la sociedad demanda cada vez productos más frescos y
menos tratados y que además puedan permanecer más tiempo en los
hogares".
"El reto es transformar los métodos normales de
conservación, como pasteurización y calentamiento, que son métodos muy
severos sobre las características de sabor y olor, en métodos menos
agresivos e incluso hacer una producción integrada de tal manera que no
haga falta hacer ningún tratamiento", ha observado este veterinario y
experto en tecnología de los alimentos.
A su juicio, "estamos en
un mercado globalizado" y, a pesar de la crisis, "la gente viaja", con
unas elecciones a la hora de comer que llevan a probar "productos de
otros países, por lo que los controles en los mercados son importantes
desde el aspecto de la seguridad".
Como investigadores "lo más
importante es tratar de establecer conocimientos de prevalencia y
control" de esos nuevos "microorganismos emergentes", que "muchos de
ellos no estaban presentes en los alimentos de nuestra región o país
pero que están apareciendo ahora mismo" y que pueden "provocar
problemas", aunque "la seguridad, control y conocimiento que hay es
elevado".
Ahora mismo, "los consumidores por un lado demandan
alimentos que sean saludables, no tratados, más frescos, y por otro
lado alimentos que además de comer satisfagan" el hedonismo, reporten
beneficio.
Es el caso de los alimentos probióticos, que contienen
bacterias que pueden ayudar a tránsito intestinal o producir alguna
ganancia en salud, una línea muy importante de trabajo en la que "en
Europa, cosa que no sucede en otros países, exige unos controles para
poder incluir en el etiquetado que es un alimento probiótico o
saludable".
El microbiólogo ha afirmado que los productos que
tienen acreditadas esas pruebas y que ahora están en el mercado "si
parece que producen beneficio".
En cuanto a la imagen futurista
de la pastilla alimentaria que además tiene beneficios en la salud, el
experto ha planteado que no cuajaría en los países mediterráneos, como
es el caso de España, disfrutan comiendo, "por lo que vamos a seguir
comiendo bien, y si además de hacerlo sano nos reporta algún beneficio"
pues mejor.
A su juicio, los ciudadanos europeos y españoles son
"muy exigentes" y quieren conocer qué están comiendo y sus
características, por lo que demandan "muchísimo control en el
etiquetado".
Tanto en Europa como en España, la alimentación es
uno de los temas prioritarios, y todos los productos que están en el
mercado "tanto los más baratos como los caros tienen controles de
calidad similares y las partidas de inspección son las mismas para
todos".
Un ejemplo de este control lo ha puesto el consejero de
Sanidad de la Junta de Castilla y León, Javier Álvarez Guisasola, que
ha inaugurado el Congreso y ha recordado que en esta Comunidad se
realizaron en 2009 más de 141.000 inspecciones alimentarias, y 14.000
análisis, con sólo un 0,3 por ciento de casos motivo de sanción o
advertencia a las industrias.
El congreso, también analiza la importancia de la "microbiología
predictiva, que tratar de establecer modelos para saber qué va a pasar
con un alimento en su deterioro o un posible crecimiento de
microorganismos patógenos".