El último número de este boletín editado por Fundación Cajamar recoge los ajustes que vive el sector agroalimentario ante los datos poco positivos de la situación socioeconómica actual. El aumento generalizado, salvo excepciones, en la producción agraria contrasta con un descenso de la producción industrial del sector de la alimentación y un aumento del de bebidas.
El cuarto número de este informe trimestral
de la Fundación Cajamar sintetiza y analiza la información del sector
agroalimentario que ofrecen los principales organismos oficiales y asociaciones
corporativas. Su contenido está elaborado de una manera clara y concisa para
todos los profesionales e interesados del sector de la agroalimentación.
España, en
observación
La situación española es particularmente
delicada. Aún cuando la prima de riesgo de la deuda soberana se ha venido
relajando en las últimas semanas, la economía nacional sigue en primera línea
de fuego internacional. Las rebajas de rating por parte de las agencias, las
previsiones de los organismos internacionales y la propia marcha de los
indicadores de actividad no dan tregua al pesimismo. La política de ajustes en
parte impuesta por los socios comunitarios, y en otra parte autoimpuesta, ha
reducido de golpe el consumo del sector público, induciendo a la economía
nacional a entrar en una nueva fase recesiva que se verá confirmada cuando
conozcamos los datos de la Contabilidad Nacional del primer trimestre.
Factores climáticos y
ambientales
Las temperaturas que han tenido lugar desde
agosto en adelante se han caracterizado por ser ligeramente más elevadas que la
media de los últimos cinco años. De manera que se puede afirmar que el verano
se ha alargado, habiéndose presentado un otoño-invierno más cálido de lo
habitual, al menos, hasta el mes de diciembre.
Durante los últimos días de enero y primeros
de febrero, la Península se vio afectada por una ola de frío polar que redujo
sustancialmente las temperaturas, haciendo de las heladas la norma en casi todo
el territorio nacional. A pesar de no disponer aún de datos específicos sobre
las repercusiones en las producciones, entendemos que las cosechas se van a ver
afectadas de manera significativa.
En cuanto a la cantidad de agua embalsada, el
descenso de las precipitaciones que ha tenido lugar este año con respecto al
anterior y con respecto al periodo de referencia, se ha reflejado en un
descenso de los volúmenes presentes en las diferentes vertientes. Así, el
conjunto de agua embalsada en España ha disminuido un 20,5% con respecto al
pasado año.
Novedades en la producción
agroalimentaria
Los avances de producciones
disponibles señalan que la
tendencia general de los cereales hasta el mes de septiembre había sido
descendente en superficie y ascendente en producción, lo que nos lleva a pensar
en un incremento de los rendimientos medios.
En cuanto a las leguminosas de grano los
datos publicados no han variado desde la última edición de este boletín, así
pues, las variaciones en el mes de agosto fueron positivas para todas las
referencias analizadas.
Con respecto a los cultivos industriales, las
estimaciones del mes de septiembre son superiores a las del año pasado, con un
incremento en la superficie destinada a este cultivo del 3,6%, y en la
producción, del 6,4%.
La mandarina sin embargo, ha presentado
comportamientos diferentes según tipo. Así, las clementinas han evolucionado
positivamente con variaciones al alza del 6,3%, mientras que las satsumas han
visto retroceder su producción en un 10,2%. El mayor crecimiento ha venido de
la mano de las nectarinas con un porcentaje que supera el 30%.
Para finalizar, con respecto al sector vitivinícola,
hay destacar que las tendencias generales han ido a la baja para los distintos
segmentos objeto de análisis. La uva de mesa, no obstante, ha incrementado sus
cifras de producción en un 21,0%. En el sector del olivar, la tendencia también
a sido negativa, particularmente la de aceituna de mesa que ha descendido un
17,6%.
La demanda del consumo, en
mínimos
Actualmente nos encontramos con un retroceso
de la demanda provocado principalmente por la situación crítica del empleo en
nuestro país, como muestran últimas cifras publicadas en la Encuesta de
Población Activa, que han superado la barrera de los cinco millones de parados.
Estos datos son poco incentivadores del consumo, máxime cuando un 34% de los
demandantes de empleo corresponde a larga duración. Otro de los factores es la
incertidumbre ante la evolución de la economía en un futuro cercano. Además, el
PIB se encuentra estabilizado desde principios de año, y con cifras negativas
en su componente de consumo. Así, éste ha disminuido tanto en la comparativa
trimestral como interanual. No obstante, los mayores retrocesos vienen de la
mano del sector público. La nueva recaída del PIB en el último trimestre de
2011 recientemente anunciada con el indicador adelantado, induce a pensar que
el consumo de las familias ha debido resentirse de nuevo, siendo ésta
posiblemente la razón de fondo del proceso de relajamiento del IPC de los
últimos meses.
Esta merma, en realidad, es un reflejo de lo
ocurrido en la mayoría de los grupos de alimentos. Las bebidas, sin embargo,
han presentado una mayor variabilidad en tendencias según tipos, obteniendo
aumentos las categorías de café/té/cacao, otras bebidas no alcohólicas, vinos y
cervezas.
Crecimiento contenido para el
comercio exterior
En términos absolutos la exportación del
conjunto de bienes ha alcanzado los 177.615,99 millones de euros entre enero y
septiembre, siendo la tasa de variación interanual con respecto al mismo
período de 2010 de un 17,3%, casi un punto porcentual menos que la del mes
precedente.
La tasa de crecimiento más reducida continúa
correspondiendo al grupo de la agricultura y ganadería, que ha sido
cuantificada en un 2,55%. Los otros dos segmentos de la clasificación mantienen
tasas de crecimiento superiores, destacando la de la industria de bebidas, con
un 19,85%, a pesar de su tendencia descendente.
Precios a la baja
La evidente debilidad de la demanda de la que
hemos estado hablando ha tenido su reflejo en el comportamiento de los precios
percibidos por los agricultores. Dado que el enfriamiento de la actividad
general se produjo a partir del verano, los precios interrumpieron entonces su
recuperación, volviendo a mostrar un perfil plano. Por su parte, en el caso de
las cotizaciones logradas por los ganaderos, durante el tercer trimestre del
año pasado, los precios también rompieron la tendencia ascendente, aunque el
ritmo de variación se ha mantenido bastante estable (en torno a un 9%).
Los precios de los alimentos procesados y de
las bebidas han mantenido en los últimos meses del ejercicio las tendencias que
ya apuntaban en el último número de esta publicación: a la baja los primeros, y
con subidas crecientes los segundos.
En los mercados de consumo, el comportamiento
de los precios ha sido similar, marcando desaceleraciones en todos los casos.
El conjunto de los alimentos crecían en diciembre a un ritmo del 2%, marcando
una ligera tendencia decreciente. La creciente debilidad de la demanda de
consumo va a seguir favoreciendo la contención de estos precios, hasta el punto
que nos extrañaría volver a ver tasas negativas durante al menos el primer
trimestre de 2012.
Costes en aumento
Hasta septiembre, los precios de los bienes y
servicios de consumo de los agricultores españoles crecieron casi un 10%
interanual, dos puntos menos que en agosto. La causa principal de este ritmo de
crecimiento se encuentra en los productos derivados del petróleo. Así, los
fertilizantes crecieron un 20,4%, la energía y lubricantes un 9,3%. No
obstante, otros insumos imprescindibles para la actividad como son las semillas
o los alimentos para el ganado también han mostrado un comportamiento
ampliamente inflacionario (Gráfico 19). Sólo los tratamientos zoosanitarios
redujeron ligeramente sus precios. Aunque parece que los costes están
comenzando a perder velocidad de crecimiento, ésta es aún demasiado alta para
las cuentas de explotación de los agricultores.
Empleo estancado
A juzgar por los datos de la EPA
correspondientes al último trimestre de 2011, el comportamiento de la
agricultura y de la industria de la agroalimentación es mejor que el del
conjunto de la economía. El primario logró emplear a un 0,5% más de personas
con respecto a 12 meses antes, mientras que en el conjunto de España la
ocupación se redujo un 3,26%. La industria de los alimentos perdió un 1,79% de
los empleos y la de las bebidas cayó un 2,46%. Por otro lado, el paro aumentó
mucho menos que en el conjunto del país, incluso se redujo en la industria de
las bebidas.
*Información
ampliada en el enlace:
http://www.fundacioncajamar.es/publicacion-coyagralim04-361.html