Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) en Almería.
El uso de fertilizantes y pesticidas
en la agricultura, seguido de la extracción de aguas subterráneas,
como pozos o acuíferos, son los principales problemas que sufre el
agua en Andalucía, según un estudio realizado por el Instituto de
Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) en Almería.
Ésta es una de las conclusiones obtenidas por el IESA-CSIC, con
sede en Córdoba, tras el desarrollo de un jurado ciudadano, una
técnica de investigación sociológica que selecciona a 25 ciudadanos
de un municipio, les ofrece información variada sobre un asunto
determinado, en este caso el agua, para que puedan formarse sus
propios criterios y, después, reunirse para debatir con el objetivo
de que expongan sus propias decisiones.
Además, esta técnica de investigación supone que, excepto casos
puntuales, los ciudadanos no manejan información cualificada sobre
el agua, por lo tanto, el cuestionario que responden antes de
participar refleja el punto de vista de un ciudadano no
especializado, mientras que las respuestas ofrecidas después de la
información y el debate, ofrece las opiniones de personas
informadas, por lo que se puede observar la evolución de los
criterios.
Según las conclusiones, este cambio se ha
detectado en la consideración que tienen los almerienses sobre cuál
es el principal problema del agua en Andalucía, pues si bien antes
de informarse, dos tercios de los ciudadanos pensaban que la calidad
del agua potable era el primero, tras el debate, opinaron en su
mayoría que el uso de fertilizantes era el mayor problema, seguido
de la extracción de aguas subterráneas.
En el otro extremo, la disponibilidad de agua para el consumo
humano pasa de ser el segundo problema, ante del debate, al último,
después del jurado ciudadano.
Este estudio también concluye que, tras el jurado ciudadano, los
almerienses creen que el abastecimiento de la población debe ser el
primer uso que se le dé al agua en Andalucía, seguido por el
mantenimiento de los caudales y los regadíos y usos agrarios,
mientras que los usos industriales y turísticos se consideran como
los menos prioritarios.
El jurado popular también sirvió para que la mayoría de los
participantes cambiara de idea sobre la utilización de desaladoras
del agua del mar.
En este caso, mientras que la mitad de los participantes pensaba,
antes de su participación, que la desalación de agua marina es poco
eficiente porque es cara y genera residuos contaminantes, tras
recibir la información, más de la mitad de los ciudadanos
preguntados se mostraron en desacuerdo con esa afirmación inicial.
Además, dos tercios de los ciudadanos preguntados opinaron que el
agua que se paga por el agua en la agricultura no se corresponde con
su coste real.
La mejora de los regadíos para que consuman menos agua, el
control de las extracciones ilegales del agua de los pozos,
aprovechar el agua del mar, la reutilización de las aguas y el
ahorro de agua en los hogares son, por este orden, las medidas
propuestas por los almerienses para mejorar la gestión pública del
agua.