Este escándalo desatado esta semana ha obligado a cerrar más de un millar de granjas avícolas y porcinas en todo el país.
Al menos 136.00 huevos contaminados con dioxina fueron vendidos por una
empresa alemana a otra holandesa, según informó el Gobierno de
Berlín con motivo del escándalo por la utilización de grasas
industriales no comestibles en la producción de piensos para animales.
Este escándalo desatado esta semana ha obligado a cerrar más de un
millar de granjas avícolas y porcinas en todo el país y a sacrificar
decenas de miles de animales que habían ingerido los piensos
contaminados.
La partida de huevos alemanes contaminados fueron
entregados el 3 y el 5 de diciembre por una firma del estado de
Sajonia-Anhalt, en la ciudad holandesa de Barneveld.
Un portavoz del Ejecutivo alemán insistió en que el consumo de los
productos contaminados por dioxina "no representa un peligro para los
humanos", si bien señaló que se están localizando y destruyendo.
La ministra federal de Agricultura, Ilse Aigner, explicó que ya son
ocho los "Länder" o estados federados afectados por la contaminación de
dioxina e insistió en que "aún no está claro el origen de la
contaminación".
A preguntas de los periodistas en la localidad
bávara de Kreuth (sur), la ministra afirmó que será la Justicia la que
dirimirá las responsabilidades, aunque auguró "graves consecuencias".
Al menos en 25 fabricantes alemanes de piensos animales de cuatro
estados federados se han localizado restos de la grasa vegetal
contaminada con dioxina, según un informe dado a conocer por la
comisión de Agricultura del "Bundestag" (Cámara baja del Parlamento).
En todo el país, añade el informe, se fabricaron hasta 3.000 toneladas
de grasa contaminada con dioxina destinada a la fabricación de piensos
para animales, que originalmente es un residuo de la producción de
biodiesel.
Este material graso, según las autoridades, estaba
originalmente dstinado a la fabricación de papel u otros productos
industriales fuera de la cadena alimenticia.
La comisión
parlamentaria también asegura que en ningún caso se vendió partida
alguna de grasas o piensos contaminados fuera de Alemania.
Los
piensos afectados, entre 30.000 y 150.000 toneladas, se encuentran
contaminados por dioxina en una proporción de entre el 2 y el 10 por
ciento, siempre según el informe de la comisión parlamentaria de
Agricultura.
Uno de los 25 fabricantes de piensos en los que se
ha detectado la contaminación de dioxina es Harles & Jentzsch, con
sede social en el estado federado de Schleswig-Holstein, y que fue
tomada por policías e investigadores por orden de la Fiscalía.
En el caso de Harles & Jentzsh, según la Oficina Federal para la
Defensa del Consumidor, el fabricante de piensos usó un aceite
industrial de origen vegetal en sus productos, correctamente etiquetado
como no comestible, procedente de la empresa holandesa Petrotec.
Asimismo, la agencia alemana MEG de análisis de mercado informó de
que la venta de huevos ha caído bruscamente en Alemania tras desatarse
el escándalo de contaminación por dioxina.
"Hay inseguridad en el consumidor", señaló Margit Beck, experta de MEG.
El Ministro de Agricultura del estado de Schleswig-Holstein decidió
prohibir el sacrificio de cualquier cerdo hasta que concluyan las
investigaciones en marcha.