El cultivo ecológico de la fresa en la provincia de Huelva ofrece soluciones a un sector productivo cada vez más concienciado del valor medioambiental de su entorno natural y de la importancia de adoptar procesos socialmente responsables.
Cuando desde la Asociación Valor Ecológico se comenzó a trabajar en la definición de lo que más tarde se convertiría en la nueva marca de garantía y excelencia “Ecovalia”, se buscó desde un principio, ampliar el ámbito de las existentes figuras de calidad para abarcar un mayor rango de compromisos por parte de los productores, valorando no solo aspectos asociados a las técnicas y procesos de producción, sino también la propia sostenibilidad de la empresa.
De esta forma, Ecovalia busca garantizar además de unos productos acordes a los estándares de manejo y calidad de la producción ecológica, también que las empresas asuman unas responsabilidades firmes en materia de responsabilidad social y laboral con sus trabajadores, y que adoptan medidas para garantizar una relación sana y sostenible con el medio ambiente de su entorno.
Ecovalia busca garantizar además de unos productos acordes a los estándares de manejo y calidad de la producción ecológica, también que las empresas asuman unas responsabilidades firmes en materia de responsabilidad social y laboral
Durante las últimas fases de definición de la nueva marca, la Asociación Valor Ecológico puso en marcha un programa piloto de implantación, en colaboración con algunas empresas destacadas en el ámbito de la producción ecológica. Dada la importancia que Ecovalia presta a los valores medioambientales, resulta comprensible que una de ramas productivas en las que se pensó para probar los beneficios de este sistema de garantía fuera el de la fresa ecológica onubense.
La provincia de Huelva ha desarrollado durante los últimos treinta años una importante producción de fresa y otras berries, hasta convertirse en una de las principales zonas de producción de estos cotizados frutos en Europa. Hoy en día, el cultivo del fresón y la fresa es una de las principales fuentes de riqueza para algunas poblaciones de la costa onubense y se ha convertido en un auténtico motor de desarrollo y fuente de empleo en la provincia.
Sin embargo, el cultivo convencional de la fresa en Huelva ha sufrido desde su introducción una fuerte dependencia de los insumos químicos y de la disponibilidad de mano de obra. Estos factores, unidos a la cercanía del Parque Nacional de Doñana y su valioso y delicado ecosistema a las principales zonas de producción, aportan un enorme valor a la producción ecológica de fresa y berries en este entorno singular, y ofrece un escenario apropiado para acoger las primeras pruebas de la marca de calidad Ecovalia.
En este entorno, la iniciativa de la Asociación Valor Ecológico puede estimular un cambio en el sector fresero onubense, estimulando un giro hacia la producción ecológica, siguiendo el exitoso camino de algunas empresas que llevan años apostando por este modelo de producción para el cultivo de frutos rojos en la zona.
Por estos motivos, una de las primeras firmas productoras seleccionadas para optar a la distinción “Ecovalia” fue la onubense “Flor de Doñana Biorganic”. Esta entidad, suma a su amplia experiencia en producción ecológica, su singular ubicación en el municipio de Almonte, en el entorno de Doñana, uno de los parajes de mayor importancia medioambiental y valor biológico de la Península Ibérica.
El proyecto empresarial de Flor de Doñana surgió al abrigo del Plan de Desarrollo Sostenible del Entorno de Doñana, por iniciativa de dos Ingenieros Técnicos Agrícolas que creyeron que era posible apostar por una empresa basada exclusivamente en el cultivo ecológico, en este marco geográfico especial. Hoy, más de quince años después, Flor de Doñana Biorganic pone cada año en el mercado, entre otros productos, 1.000.000 de kilos de fresa y 2.000 de frambuesa bajo producción ecológica, que se comercializan principalmente en países europeos como Alemania, Dinamarca, Suiza, Italia y afortunadamente, cada vez más, España.
Flor de Doñana Biorganic pone cada año en el mercado, entre otros productos, 1.000.000 de kilos de fresa y 2.000 de frambuesa bajo producción ecológica, además de producir el primer vino tinto ecológico de la provincia de Huelva
Flor de Doñana produce también 30.000 botellas anuales de “Matalagrana”, el primer vino tinto ecológico producido en el entorno de Doñana y en la provincia de Huelva y que, como el resto de la producción, triunfa más allá de nuestras fronteras.
Su gerente, Juan María Rodríguez Borrego, se muestra plenamente consciente de lo delicado del entorno donde se encuentran, y por eso, cuentan con experiencia en la implantación de otros sellos de calidad relativos a aspectos tales como la gestión sostenible del agua de riego. Igualmente, prestan una gran atención a la trazabilidad y la calidad de los procesos productivos y por ese motivo, cuentan un sistema integral que les permite realizar un seguimiento de todas las fases del trabajo en sus instalaciones: desde la producción, al envasado, la conservación o la comercialización.
Por todo ello, desde esta entidad ven en “Ecovalia” una oportunidad para certificar la sensibilidad y el buen hacer de la empresa hacia el cuidado de la zona de Doñana. Y es que la nueva marca de la Asociación Valor Ecológico, no se limita simplemente al mero cumplimiento del Reglamento europeo, sino que va más allá, contemplando el entorno que les rodea, tanto el medio ambiente en el que se encuentran, como las personas que forman parte de su proyecto.
Según palabras Juan María Rodríguez: “estamos abiertos a todo lo que nos sirva para mejorar no solo la calidad de nuestros productos, sino la del medio rural y social que nos rodea. Por tanto, participar en este tipo de experiencia es para nosotros una forma de crecer como empresa.”
Para Juan María Rodríguez, las ventajas de la producción ecológica tanto en la salud de las personas como en el medio y en el entorno es bien conocido por todos. La conservación del medio y la obtención a su vez de un producto sano, es sin duda, la mayor y la más importante de las ventajas. Las dificultades, en este caso, se basan en un mayor esfuerzo económico por parte de los agricultores ecológicos, pues uno de los capítulos más grandes en el balance de gastos es la mano de obra. Además de un menor rendimiento del cultivo en comparación con la agricultura convencional.
Desde la Asociación Valor Ecológico confían en que muy pronto otras empresas seguirán el camino iniciado por Flor de Doñana. Y es que esta empresa no es el único exponente de la producción ecológica en el entorno del Parque de Doñana. Otras firmas ecológicas trabajan también en esta zona, tal es el caso, por ejemplo, de "Bionest", ubicada igualmente en la localidad de Almonte y que tiene también en el cultivo de las berries su principal línea de actividad. Empresas como estas son un ejemplo perfecto del compromiso y la preocupación de los productores ecológicos hacia la naturaleza que les rodea y de los beneficios que puede aportar la marca Ecovalia a esta rama productiva.
Quizás, medidas como la adopción de la marca Ecovalia, ayuden a Flor de Doñana, Bionest y a otras empresas similares a afrontar algunos de los retos más destacados a los que se enfrenta el sector ecológico: mejorar el conocimiento y valoración del producto ecológico por parte de los consumidores e incentivar su consumo, especialmente a nivel nacional.
