Los resultados obtenidos demuestran que la inmunocastración en hembras es efectivamente "una alternativa interesante a la castración quirúrgica, con un 100% de eficacia"
Investigadores extremeños y catalanes demuestran en un proyecto la eficacia de la inmunocastración en hembras del cerdo ibérico criado en extensivo -como alternativa a la castración quirúrgica- pues no presenta ningún efecto negativo sobre la calidad de la canal y la carne de las hembras.
Investigadores del Centro de Investigación Agraria La Orden-Valdesequera y del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària (IRTA) de Cataluña han dado a conocer en una jornada técnica, celebrada esta semana en Mérida y organizada por la empresa Zoetis, los resultados obtenidos en este proyecto.
El mismo, según informa el Gobierno extremeño en un comunicado, está centrado en los aspectos reproductivos, de bienestar animal y de calidad de producto de la inmunocastración en el cerdo Ibérico criado en extensivo.
En concreto, este trabajo, que comenzó en el año 2011, se ocupa de estudiar las pautas de tratamiento necesarias para que esta técnica, en la que se utiliza una vacuna inhibidora de la actividad reproductiva, sea efectiva en machos y hembras ibéricos.
Los resultados obtenidos demuestran que la inmunocastración en hembras es efectivamente "una alternativa interesante a la castración quirúrgica, con un 100% de eficacia". Además, esta técnica no presenta ningún efecto negativo sobre la calidad de la canal y la carne de las hembras.
Durante el proyecto, han puesto a punto dos protocolos de aplicación de la inmunocastración que utilizan tres dosis de dicha vacuna y consiguen que sus efectos perduren lo suficiente para poder sacrificar a los animales con los altos pesos y edades típicos de la explotación del cerdo ibérico de cebo extensivo y montanera.
Estos protocolos se han desarrollado, por un lado, para aplicarlos a las hembras antes de la pubertad y, por otro lado, a hembras poco antes de la montanera.
El motivo principal alegado por el sector para castrar a las hembras en Extremadura es evitar que queden preñadas durante el periodo de montanera por cerdos que pudieran estar mal castrados quirúrgicamente o por jabalíes; además, se supone que la hembra está más tranquila y posiblemente come más y deposita más grasa.
Según precisa el comunicado del Ejecutivo extremeño, estos datos resultan además "prometedores" en lo que respecta a los machos de cerdo ibérico, aunque en este caso es necesario optimizar los protocolos con nuevos ensayos.
Con este trabajo -financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA)- se ha resuelto "uno de los problemas más urgentes" para el sector, según se ha puesto de manifiesto en las jornadas, dirigidas principalmente a las denominaciones de origen, empresas y organismos oficiales.
El objetivo del encuentro ha sido, además de recoger las inquietudes del sector con respecto a la inmunocastración, que los resultados se transfieran a su vez a ganaderos, productores y asociaciones.
