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Los trabajadores de la fábrica de Puleva en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) recabarán apoyo ciudadano y de las instituciones, sin descartar más adelante llevar a cabo movilizaciones, contra la decisión de la empresa de cerrar esta factoría y trasladar a la plantilla a la planta de Granada.

El presidente del comité de empresa, Guillermo Díaz, ha expuesto en rueda de prensa el rechazo de los trabajadores al traslado, que "intentarán parar" en las negociaciones que iniciarán los sindicatos la próxima semana con la empresa.

Para ello, argumentarán que, aunque es cierto que las marcas blancas de leche se imponen a las de fabricante, la factoría de Puleva en Alcalá ha obtenido beneficios de unos cuarenta millones, por lo que no ven justificado su cierre por motivos económicos o de producción.

También pondrán en valor los sacrificios realizados por los trabajadores de la fábrica de Alcalá en los últimos años para hacer frente a la crisis aceptando salarios por dejado de lo establecido en el convenio sectorial.

Asimismo, ha señalado las dificultades que supone un traslado para una plantilla con una edad media de cincuenta años, así como las dificultades económicas que entraña los gastos de un traslado y de alquiler de viviendas.

En 2010 Ebro Puleva acordó con el grupo francés Lactalis la venta de su negocio lácteo, Puleva Food, por un importe de 630 millones de euros y en 2011 se produjo el desmontaje de una de las dos líneas de producción que tenía en la planta de Sevilla.