Los precios de los vinos siguen acusando fuertes descensos interanuales
El vino blanco despierta después de varias semanas de caídas en los precios -el producto acusaba la falta de pedidos y los altos excedentes- y ahora rompe su tendencia bajista y se apunta destacadas subidas. ¿Punto de inflexión?
Cada vez queda menos tiempo para que llegue la primavera y, con ella, resurgirá el consumo de esta categoría, lo que parece apuntalar mejores expectativas en las cotizaciones en origen.
Los precios de los vinos siguen acusando fuertes descensos interanuales y, de hecho, en enero de 2015 las devaluaciones rondaban el -16,5 % para los tintos y el -38 % para los blancos. Sin embargo, los precios en origen del vino blanco a granel (sin indicación geográfica) repuntaron un 2,30 % entre el 9 y el 15 de febrero respecto a la semana anterior, y se quedan, a salida de bodega, a 1,78 euros por hectogrado, según los datos que aporta el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). Por su parte, los tintos también consolidan su tendencia alcista de las últimas semanas y, tras apuntarse otra revalorización del 1,01 %, se pagan en origen casi a 2,99 euros por hectogrado.
Por plazas de referencia, los precios más altos para el vino blanco los encontramos en Albacete y Huelva (2,87 y 2,76 euros por hectogrado, respectivamente), según el Ministerio. En Badajoz se paga a 1,84 euros; en Ciudad Real, a 1,55; en Cuenca, a 1,79; y en Toledo, a 1,89 euros/hgdo.
Respecto al tinto (12 puntos de color), y sobre los mercados de referencia que analiza el Magrama, los valores más altos figuran en Murcia y Albacete, con 3,54 y 3,42 euros/hgdo, respectivamente. En Ciudad Real, marcan 2,25 euros; en Cuenca, 3,03; en Badajoz, 2,92; en Toledo, 3,14 y, en Valencia, 2,72 euros/hgdo.
En Italia, el vino blanco común se pagaba en origen a 3,34 euros/hgdo entre el 9 y el 15 de febrero, un 26,4 % menos que hace un año, mientras que en Francia oscilan entre 7,06 y 8,11 euros, con crecimientos en la horquilla 6-16 % respecto al año pasado. Por su parte, los pedidos internacionales apuntalan al sector vitivinícola español, como muestran los imponentes datos de comercialización. Eso sí, con precios muy baratos que, por un lado, abren fronteras y buenos augurios en ventas, pero por otro lado resta valor.
Las cifras de exportaciones españolas mueven al optimismo después de batir récords históricos en volumen durante el ejercicio de 2014, cuando crecieron un 22,3 % y superaron los 2.280 millones de litros. Los vinos a granel fueron los productos "estrella", ya que concentraron más de 1.260 millones de litros de esas salidas, pero el descenso de los precios provocó un retroceso del 9 % en la facturación, que bajó hasta los 500 millones de euros.
España tuvo en 2013 una cosecha de casi 53 millones de hectolitros, muy por encima de sus medias, una materia prima muy abundante que permitió en 2014 liderar ventas, pero muy baratas.
El OeMV recoge esta tendencia que debe mover a la reflexión: los precios del vino exportado cayeron un 20 %, lo que lastró los ingresos, que disminuyeron casi un 3 % y se quedaron en 2.600 millones. A pesar de los crecimientos en ventas de vinos tranquilos con DO en el exterior, otros productos con IGP o indicación de variedad cayeron; y los espumosos y cavas aportaron menos valor.
Otra de las preocupaciones para las bodegas radica en los problemas de Rusia y en las secuelas de las leyes chinas que prohíben los regalos entre empresas públicas y funcionarios, lo que enfría o ralentiza las posibilidades de desarrollo del sector. En el caso ruso, la devaluación del rublo, acentuada al final del 2014 e inicios del 2015, ha provocado una fuerte caída de las importaciones de bebidas alcohólicas como el vino (-44 %), el whisky (-45,5 %) o el ron (-38,4 %), según los datos del Magrama.
Los precios, desde el inicio de febrero, han subido para los vinos españoles, franceses e italianos en una media del 40 % por botella para el segmento de productos medios en Rusia. A principios de enero, se podía adquirir la botella de vino a 320 rublos, y en febrero ya se había elevado hasta 450-460 rublos.
En este escenario, los importadores han tenido que hacer frente en algunos momentos a cotizaciones de 75-78 rublos por euro. En verano, la paridad se situaba en 47 rublos por euro, lo que da idea de las repercusiones sobre la industria y sobre los importadores, que ven aumentados los intereses de sus préstamos en su actividad. Mientras, "en casa", el consumo en España sigue estancado, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta todo el sector.
Los hogares españoles consumieron en el último año móvil -comprendido entre diciembre de 2013 y noviembre de 2014- sólo 397 millones de litros de vinos y espumosos, un 5 % menos interanual.
