Es importante la creación de seguros agrarios que eleven el nivel de protección hasta, al menos, el 80%, así como invertir en tecnología y en el cuidado del suelo para prevenir la erosión
Olas de calor, pedrisco e incendios forestales afectan este verano a las producciones agropecuarias, según fuentes de los productores que -aún sin poder cuantificar todavía los daños- recuerdan la importancia de los seguros y de prevenir de la erosión del suelo y los efectos del cambio climático.
La primera ola de calor de 2015 adelantaba en toda España el comienzo del verano al mes de mayo, con unas temperaturas -según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)- de hasta 2,4 grados superiores a las habituales por esas fechas y hasta 1,4 y 2,5 grados en los meses de junio y julio, respectivamente.
La Aemet detalla que las precipitaciones se redujeron en mayo hasta un 50 %, mientras que en junio y julio se mantuvieron en niveles muy próximos a la media; el granizo afectó a importantes áreas de cultivo en Valencia, Aragón o Murcia, entre otras. Esta circunstancia ha provocado una situación de estrés hídrico -en cultivos como el olivar-, de la que ni siquiera escapa el regadío, porque, si bien no hay restricciones al riego, el gasto en agua se ha disparado, han apuntado fuentes del sector agrario.
Las mismas fuentes han planteado que, ante una situación que parece más que un hecho puntual un indicio de los efectos del cambio climático, es importante la creación de seguros agrarios que eleven el nivel de protección hasta, al menos, el 80 %, así como invertir en tecnología y en el cuidado del suelo para prevenir la erosión.
Respecto a las estimaciones de daños, el técnico responsable de seguros de Cooperativas Agrarias, Jesús Gustrán, ha recordado que "estamos en verano y es normal que haga calor", por lo que no considera conveniente "dar estimaciones a la ligera, puesto que eso lleva tiempo y es labor de los peritos". Es -según Gustrán- el caso del olivar, del que "ya se está diciendo que ha perdido la flor a causa del estrés hídrico y que tendrá una campaña más corta que la anterior, cuando en realidad tenemos que esperar al otoño para ver si llueve o no; ante estos casos, es mejor tener un buen seguro agrario que cubra hasta el 80 % de las pérdidas y dejar de especular".
Por su parte, el responsable técnico de seguros de Asaja, Gregorio Juárez, ha definido los últimos meses como "una sucesión de golpes de calor, que nos fastidiaron bastante, y un pedrisco muy localizado pero muy virulento que, tanto en junio como en julio y agosto, provocó mayores daños en los cultivos que estaban a punto de ser recolectados, como los frutales y las hortalizas". Para Juárez, incluso "los cultivos de regadío también se están viendo afectados, porque aunque el calor les viene bien desde un punto de vista sanitario al reducir la proliferación de plagas los gastos en agua se están disparando".
El responsable regional de agricultura de GOAG en Murcia, Pedro García, ha explicado que en La Región hay "más de 20.000 hectáreas devastadas solo en la comarca del Altiplano; se han destruido viñedos, olivares, almendrales, frutales y hortalizas por un valor estimado de entre 4 y 4,5 millones de euros". Las lluvias torrenciales registradas en la región "también han provocado muchos daños en campos y caminos", un fenómeno que contrasta con la situación de sequía que actualmente atraviesa Murcia, donde "los cultivos en algunas zonas están agonizando debido a la sequía" y aunque "no hay restricciones al riego sí se recomienda que se gaste el agua justa", ha añadido García.
El responsable técnico de seguros de UPA, Javier Alejandre, ha ubicado las zonas hortofrutícolas más intensamente afectadas por el pedrisco en Lérida, Valle del Ebro, Levante, Murcia, Almería y Albacete, además de en las dos Castillas en el caso de los cereales. Según Alejandre, "deberíamos plantearnos si las condiciones climatológicas de este año son excepcionales o bien son el comienzo de una tendencia provocada por el cambio climático", si es así, a su juicio "deberíamos contar con dinero suficiente y aprender a proteger el suelo frente a las cárcavas y escorrenterías que provocan las lluvias torrenciales".
Los incendios forestales también están afectando, entre otros, a territorios de Galicia, León o Extremadura, comunidad esta última en la que han arrasado 7.000 hectáreas, según el gobierno autonómico, aunque aún no se han podido cuantificar los daños producidos a la agricultura y la ganadería.
