El primer ministro, Manuel Valls, anunció que otorgará 3.000 millones de euros en tres años a los agricultores en concepto de inversión y para modernizar las explotaciones agrícolas
Miles de agricultores en toda Francia se movilizaron, principalmente en una masiva concentración en París, contra el Gobierno para pedir soluciones ante la crisis que sufre el sector agrícola.
"Sin agricultura no hay comida" o "El Gobierno ha crucificado la agricultura" son algunos de los lemas que se pudieron leer en la concentración de miles de agricultores (unos 4.700 según la Prefectura de París) que se desplazaron a la parisina Plaza de la Nación. Unos 1.500 tractores y un centenar de autobuses empezaron a llegar en torno a las 10:00 a la plaza, procedentes de regiones como Bretaña, Normandía, Auvernia o Lorena. Dos centenares de manifestantes se reunieron ante la Asamblea Nacional mientras una delegación de representantes sindicales era recibida por el presidente de esta institución, Claude Bartolone.
Representantes de la mayoritaria Federación Nacional de Sindicatos de Explotadores Agrícolas (FNSEA), junto con otras organizaciones como Jóvenes Agricultores o Confederación Campesina, intervinieron durante toda la mañana para recordar que "la agricultura es lo que hace grande a la nación francesa". Los manifestantes trabajadores de explotaciones de los sectores lácteo, bovino, porcino y cereales reivindicaron una armonización de las normas de producción para toda Europa, un correcto y obligatorio etiquetado de los productos autóctonos y la subida de los precios.
Otras de las demandas fueron la reestructuración de deudas de las explotaciones a medio y largo plazo, la disminución de cargas y exigencias a los trabajadores agrícolas y el aumento de salidas a la exportación y diversificación.
Ante estas demandas, el primer ministro, Manuel Valls, anunció que otorgará 3.000 millones de euros en tres años a los agricultores en concepto de inversión y para modernizar las explotaciones agrícolas. La principal partida serán 350 millones de euros en cada uno de los tres años de dinero público procedentes de las arcas del Estado, pero también de los fondos europeos y de los presupuestos de las regiones. Valls anunció que no habrá ninguna reglamentación francesa que se añada a las que vengan impuestas desde la Unión Europea, lo que era una de las reclamaciones de la FNSEA. "La prioridad como siempre es bloquear la bajada de los precios", apuntó Valls.
Al margen de las inversiones, este año se ha previsto una partida de 100 millones de euros para el pago de los intereses de préstamos contraídos por los agricultores y 50 millones en exenciones en las cotizaciones sociales que deben abonar.
El presidente de la FNSEA, Xavier Beulin, manifestó su satisfacción ante la respuesta del Gobierno, por lo que fue abucheado por los manifestantes durante su comparecencia tras la reunión con Valls. Para muchos agricultores, en movimiento desde el pasado martes, las medidas anunciadas por Valls no son suficientes, ya que entre otras cosas, no se ha tocado el etiquetado de los productos, una de sus principales reivindicaciones.
El sindicato de Jóvenes Agricultores destacó que "un consumidor francés no puede apoyar la agricultura francesa al desconocer el origen de los productos debido a su incorrecto etiquetado", dijo su portavoz en la región de Lorena, Claire Cuny. Cuny añadió que si finalmente no están satisfechos con las decisiones del Gobierno se verán "obligados a quedarse más tiempo movilizados en París". "Muchas explotaciones están condenadas a desaparecer, se trata de nuestro trabajo", declaró a Efe Damien, un productor de leche de la región de Normandía.
La jornada transcurrió sin grandes incidencias, con normalidad en los transportes, según la Red de Transportes de la región de París (RATP), y tan solo cuatro líneas de autobús que circulan por las inmediaciones de Plaza Nación se cerraron, por lo que la organización de transportes invitó a los usuarios a utilizar el metro.
El embargo ruso de los productos agroalimentarios, el fin de las ayudas de cuotas lácteas de la Política Agraria Común (PAC) o la ralentización de la economía china que redujo su compra de productos en Francia son algunos de los factores que han contribuido a esta crisis en la agricultura del país galo. Los próximos pasos en este conflicto tendrán como escenario Bruselas, ya que el próximo lunes tendrá lugar una reunión del Consejo Europeo de ministros del ramo para estudiar "medidas de efecto inmediato".
