Un acuerdo de colaboración establecido entre
investigadores de la Universidad de Almería, representados por el
doctor Miguel Urrestarazu, y el departamento de I+D+ I de la empresa
Bures S.A, liderado por la doctora Silvia Burés, ha dado lugar al
impulso de una nueva patente útil para la construcción. Este
desarrollo, titulado Estructura tridimensional de una cubierta vegetal
sostenible, se enmarca en el campo de la hidroponía y el cultivo sin
suelo aplicado a la jardinería moderna en las edificaciones.
Básicamente
se trata del desarrollo de un módulo cerrado, individual e
independiente, cuya repetición constituirá un muro vegetal, que
resuelve una serie de deficiencias existentes hasta la fecha. Entre
ellas, destaca la posibilidad de reutilizar el agua sobrante, ya que
funciona como un sistema cerrado que permite la recogida de los
drenajes, y evita la contaminación fitopatógena entre diferentes
secciones de la pared.
Tecnología sostenible
Otro
aspecto que le confiere la denominación de tecnología sostenible a este
novedoso diseño responde a que cada módulo, similar a un ladrillo, está
compuesto fundamentalmente por plástico reciclado y reciclable. Éstos
poseen unas dimensiones estándares de 60 por 40 centímetros, que se
organizan en unidades mayores (de 5 metros de ancho por 2,5 metros de
altura) que se repetirán hasta obtener la pared deseada.
"Se
trata de una pared autónoma y sostenible medioambientalmente. Además de
la particularidad de los materiales de construcción, cuenta con el
empleo de energía fotovoltaica para su funcionamiento y la depuración
del agua sobrante", asegura Miguel Urrestarazu Gavilán.
Tanto
la bomba utilizada en el sistema de fertirrigación como el sistema de
desinfección de las aguas son alimentados por placas solares externas
que permiten su independencia energética. "La aplicación fotovoltaica,
lejos de limitar su uso, amplia su aplicación a zonas donde no hay
suministro eléctrico. Además, mediante esta opción, la cubiertas
vegetales actuarán como verdaderos sumidero de dióxido de carbono",
explica Urrestarazu.
Otra
particularidad a señalar, de esta patente, es que permite el cultivo de
cualquier planta ornamental, incluso la creación de mosaicos vegetales.
Y es que, al adecuar los suministros a las necesidades propias de cada
especie se alcanza un nivel de independencia inigualable hasta hoy. Por
ejemplo, podrán cultivarse helechos junto a plantas aromáticas, tales
como el tomillo o el romero, cuyas necesidades hídricas difieren
gravemente.
Acción antivandálica
Al
superponer los módulos el observador sólo aprecia una pared verde
continua, cuyos elementos de fertirriego y drenaje se encuentra en la
parte trasera. Esta disposición, además de permitir un ambiente más
natural y agreste, evita acciones de manipulación, sustracción o
bandidaje en lugares públicos.
Asimismo,
como cualquier sistema, estos módulos poseen un tiempo de vida
limitado, bien por fallos en el sistema de fertirrigación (suministro o
dosificación de fertilizantes), daños causados por terceros, como los
golpes o accidentes en la zona inferior, o por la aparición de
enfermedades radicales. En este sentido, su diseño contempla la
posibilidad de sustituir los módulos afectados de forma independiente.