Esta es una de las conclusiones que se desprenden de los encuentros que las empresas del sector del cerdo ibérico de Castilla y León, Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha han mantenido desde finales del mes de abril.
Las empresas del sector del cerdo
ibérico creen que el "fracaso" en el control de la Norma de Calidad
ha agravado su situación de crisis, al no impedir su
"sobredimensionamiento" y "desarrollo desordenado" y no atajar la
competencia desleal y el consiguiente perjuicio económico.
Esta es una de las conclusiones que se desprenden de los
encuentros que las empresas del sector del cerdo ibérico de Castilla
y León, Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha han mantenido
desde finales del mes de abril para analizar la evolución del
sector, su situación actual y sus puntos de vista sobre una
"eventual" modificación de la Norma de Calidad.
La Norma de Calidad, aprobada en 2007, establece requisitos como
el peso, la raza, la alimentación y la forma de crianza de los
animales que se sacrifican, con el fin de preservar la calidad y
competitividad de estos productos.
Fuentes de la Asociación de Industrias de la Carne de
España-Grupo de Ibérico (Iberaice) han asegurado que es
necesario de manera "urgente" dar un giro "drástico" en el control
de esta Norma e integrar al sector, especialmente a la Organización
Interprofesional (Asici), para que trabaje conjuntamente con las
administraciones para garantizar que "lo que está escrito se
cumple".
Las mismas fuentes han destacado el apoyo "unánime" de las
empresas a que todas las reproductoras y reproductores ibéricos, si
son puros, estén inscritos en el libro genealógico de la Raza
Ibérica que, en su opinión, debe ser controlado por una entidad
totalmente independiente.
Las empresas también han considerado necesario disponer de datos
actualizados y "en tiempo real" sobre la evolución del sector del
cerdo ibérico, ya que la "falta" o el "retraso" de los mismos les
priva de un elemento clave para tomar decisiones.
Asimismo, han abogado, según fuentes de Iberaice, por diferenciar
y proteger las producciones tradicionales vinculadas a la dehesa, ya
que el incremento de la producción intensiva ejerce una "enorme"
presión sobre los ibéricos tradicionales que no pueden soportar la
competencia, dentro del actual marco normativo "que no distingue
suficientemente ambas producciones".
En este sentido, creen que "se estaría produciendo un peligroso
giro del sector hacia los productos de menor calidad", lo que
provoca que "una parte muy significativa del sector (el intensivo)
arrincone a los productos vinculados a la dehesa".
Dentro de la diferenciación por calidad de las producciones
extensivas, la mayoría de las empresas, según Iberaice, apuesta por
modificar aspectos de la actual Norma de Calidad como reducir la
carga ganadera máxima para las dehesas en bellota y recebo y
aumentar el peso mínimo de los animales en el sacrificio.
Asimismo, defienden cambiar la denominación de la calidad
"recebo" por la de la "dehesa" o aportar mayor claridad en las
calificaciones de alimentación y contribuir a una menor confusión
del consumidor.
Las empresas también han coincidido en que las producciones
extensivas deben diferenciarse por calidad con figuras como la
Indicación Geográfica Protegida (IGP) del cerdo ibérico y en que no
deben rebajarse las exigencias en edades y pesos que recoge la
actual Norma para la producción intensiva.
No obstante, fuentes de Iberaice han indicado que no se ha
alcanzado un consenso respecto al factor racial y, en especial, a
las denominaciones de los cerdos ibéricos puros y cruzados.