La Comisión Europea (CE) ha criticado que ningún país comunitario esté cumpliendo bien las nuevas reglas sobre la pesca en el mar Mediterráneo, que han entrado en vigor este mes y que incluyen exigencias a la flota como el tipo de mallas o la distancia a la costa a la que puedan faenar.
La comisaria europea de Pesca, María Damanaki, ha instado a los Gobiernos de España y de los otros países ribereños a que apliquen "urgentemente" dicha regulación, que fue aprobada por la Unión Europea (UE) a finales de 2006, pero es obligatoria para los pescadores desde el pasado día 1.
En concreto, Bruselas considera que ningún país ha completado "de manera satisfactoria" los trámites y los planes para poner en marcha las medidas de la regulación.
"Estoy muy decepcionada; los plazos de transición se han acabado, los países han tenido tres años para prepararse y es difícil aceptar que no quieran aplicar a fecha de hoy la regulación", ha declarado Damanaki.
En el caso de España, la CE afirma que el cumplimiento es "parcial", pues las autoridades han elaborado planes nacionales han remitido las peticiones para algunas excepciones -en el caso de ciertos segmentos de flota- pero la información remitida a Bruselas es "insatisfactoria".
Por este motivo, hay reuniones técnicas entre los representantes españoles y de la CE, si bien "los plazos terminaron el 1 de junio", según advierten desde el Ejecutivo comunitario.
Según los datos de Bruselas, España debe presentar datos científicos que avalen sus demandas y además, tiene que notificar las modificaciones que ha efectuado en su legislación para adaptarse a las reglas nuevas.
La normativa de la UE prevé el establecimiento de zonas protegidas y exigencias técnicas relativas a las artes pesqueras ó a las distancias de la costa.
Según la CE, inspecciones recientes han detectado "infracciones graves" en todos los países sobre el tamaño mínimo de las redes y las tallas de los peces capturados.
La Comisión ha instado a los países a que "rectifiquen" esta situación y ha advertido de que en caso de "incumplimiento grave", ha advertido de que tomará "medidas firmes".
Asimismo, las regulación permite a los países adaptar las medidas a situaciones locales pero antes "deben hacer sus deberes" y demostrar, con sus programas nacionales y con datos científicos, que las prácticas para las que quieren excepciones no suponen un problema medioambiental, según la misma fuente.
España ha pedido un trato excepcional en los requisitos relativos a las distancias de la costa y a los requisitos sobre las dragas hidráulicas.
La regulación exige en el arrastre unas distancias mínimas de 1,5 millas de la costa, lo que se traduce en fondos marinos de más profundidad; en cerco, esa lejanía pasará de 35 a 50 metros de profundidad.
La normativa del Mediterráneo ha sido muy controvertida por su complejidad técnica y tanto las organizaciones de pescadores como algunas autonomías han pedido más tiempo o más flexibilidad para que no amenace la rentabilidad de las flotas, que en esas aguas son sobre todo artesanales.
Más de 3.200 buques faenan en aguas del Mediterráneo, según la Confederación Española de Pesca (Cepesca).
En Andalucía, donde las normas afectan a 509 barcos, la regulación entró en vigor para las flotas de cerco y de arrastre, pero no para los marisqueros.
En esta modalidad el sector está a la espera de que la CE decida si le concede o no las excepciones solicitadas por la Junta de Andalucía, lo que se sabrá en unos tres meses; en concreto, esta autonomía quiere que los marisqueros no se vean afectados por una prohibición que les impide faenar a menos de 0,3 millas de la costa.
Según la CE, hay un exceso de pesca en el 54% de las especies del Mediterráneo, el estado de los recursos es "alarmante" y las flotas capturan menos cada año: "Tenemos que cambiar ahora la tendencia de unas prácticas insostenibles y del empobrecimiento de los recursos marinos, pero cada uno debe asumir sus responsabilidades".
