Tras la confirmación de estos dos focos, la Consejería de Agricultura ha reforzado el plan de vigilancia epidemiológica.
Los servicios veterinarios de la Consejería de Agricultura y Pesca
han procedido hoy a declarar oficialmente la existencia del virus de la
Fiebre del Nilo Occidental (West Nile) en Andalucía tras resultar
positivos los análisis realizados a dos caballos en dos explotaciones
ganaderas de Jerez de la Frontera. Los animales afectados presentaron
sintomatología compatible con la enfermedad durante uno de los
controles rutinarios que se llevan a cabo en el marco de los protocolos
de Sanidad Animal, y más en concreto dentro del Programa de Vigilancia
de West Nile en Andalucía, en el que se trabaja coordinadamente con las
consejerías de Salud y Medio Ambiente. Finalmente, el laboratorio
central de veterinaria de Algete ha confirmado la presencia del
mencionado virus en los análisis realizados a los ejemplares
sospechosos.
Tras la confirmación de estos dos focos, la Consejería de
Agricultura ha reforzado el plan de vigilancia epidemiológica en las
explotaciones ganaderas de la zona para detectar precozmente la
existencia de nuevos casos. Cabe destacar que los dos ejemplares
afectados ya han experimentado una sustancial mejoría desde que
registraron los primeros síntomas.
El virus
La Encefalitis del Oeste del Nilo es producida por el virus West
Nile y se trata de una enfermedad infecciosa no contagiosa que afecta
principalmente a aves y que se transmite por la picadura de un
mosquito. Son las aves migratorias las que actúan como principal
reservorio epidemiológico.
En los caballos, la enfermedad suele pasar desapercibida y sólo en
algunos casos aparecen síntomas como el virus afecta principalmente al
cerebro y sistema nervioso periférico. Los síntomas incluyen cambios de
conducta, hiperestesia, y contracturas musculares que pueden
evolucionar hacia convulsiones y problemas graves de movilidad, aunque
en la mayoría de los casos, los caballos afectados se recuperan.
Hay que destacar que se trata de una enfermedad que no se transmite
directamente entre caballos ni mediante la ingesta de alimentos.