Las autoridades sanitarias han avanzado que pretenden endurecer los controles sobre los productos sanitarios en un futuro próximo.
Alemania descartó que se haya llegado a comercializar carne de
ganado porcino contaminada con dioxinas, horas después de que se
confirmase el primer caso de un cerdo con un nivel de estos compuestos
tóxicos por encima de lo permitido.
El secretario de Estado de
Agricultura de Baja Sajonia (noroeste de Alemania), Friedrich Otto
Ripken, aseguró en declaraciones a la televisión pública local NDR que
"desechaba" esa posibilidad.
"Hemos clausurado todas las
granjas que recibieron los piensos contaminados. Puedo decir con
seguridad que los cerdos contaminados están fuera del comercio y la
industria. Podemos desechar que la carne contaminada con dioxinas haya
llegado a los mercados", argumentó a mediodía.
El Ministerio de Agricultura del estado federado de Baja Sajonia había
confirmado el primer caso de un cerdo con "un elevado nivel de
dioxinas", cuando hasta ahora estos compuestos cancerígenos sólo se
habían detectado en huevos y carne de gallina.
El ejemplar
contaminado, perteneciente a un establecimiento agropecuario del
distrito de Verden, fue seleccionado de forma aleatoria de un grupo que
iba a ser sacrificado. A continuación, se decidió que todos los
animales de la granja en la que se detectó este caso sean sacrificados
y sus cuerpos incinerados.
Además, las autoridades locales han
detectado un segundo establecimiento agropecuario en este estado
federado donde el ganado porcino presentaba niveles de dioxinas
próximos al máximo legal y han enviado más muestras al laboratorio para
que sean analizadas.
Las autoridades sanitarias alemanas y
fuentes de la industria agropecuaria local avanzaron que pretenden
endurecer los controles sobre los productos sanitarios en un futuro
próximo.
El anuncio del primer caso de cerdos contaminados tuvo
lugar el día en que se hizo público que los ganaderos afectados por los
piensos contaminados con dioxinas señalasen que están estudiando
reclamar más de 100 millones de euros en indemnizaciones a la supuesta
responsable del escándalo, la empresa Harles & Jetzsch.
Esta compañía se dedica a la distribución de grasas industriales, y
está acusada de comercializar grasas asignadas a la producción de papel
para la fabricación de piensos destinados al consumo animal pese a no
ser comestibles.
Por su parte, un colectivo de más de 300
profesores universitarios y científicos publicó un manifiesto en
contra de las grandes explotaciones agropecuarias, a los que acusan de
tratar a los animales "de una forma que avergüenza a la sociedad".
El llamamiento, que ya ha sido suscrito por más de 8.000 ciudadanos
alemanes a través de Internet, liga el uso de dioxinas a la producción
industrial de productos agropecuarios.
En la actualidad, miles
de granjas avícolas y porcinas que sufrieron cierres preventivos
temporales pueden sacrificar de nuevo a sus animales y comercializar
sus productos, aunque 558 factorías se encuentran aún clausuradas.
Se trata de 330 granjas en el estado de la Baja Sajonia, en el que
llegaron a cerrarse más de 4.000, 143 en Renania del Norte-Westfalia y
62 en Schleswig-Holstein.
Además del caso del cerdo
contaminado, las autoridades sanitarias alemanas han señalado que hasta
ahora se han registrado 19 análisis -18 en huevos y uno en carne de una
gallina ponedora- con índices de contaminación con dioxina superiores a
lo tolerado.
En total se cuenta ya con los resultados de 87
análisis realizados en varias granjas afectadas sin que se hayan
registrado hasta ahora valores de dioxina que superen los límites
permitidos en carne de pollo, pavo y cerdo, así como en leche de vaca.
La UE anunció en Bruselas que en los análisis realizados hasta
ahora en productos avícolas y derivados exportados desde Alemania a
Holanda no se han detectado niveles de dioxinas por encima de los
máximos legales permitidos.