El conocido como síndrome de despoblamiento de las colmenas causa una media anual de bajas del 25/30% frente a una media del 5/10% de mortandad natural.
La Coordinadora de
Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha pedido por carta a la Ministra de Medio
Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, que España aproveche la
presentación formal de la comunicación sobre La salud de las abejas melíferas
en el Consejo de Ministros de Agricultura del próximo 24 de enero para
explicitar su apoyo al sector apícola europeo. La apicultura es una actividad ganadera que
encaja perfectamente en los objetivos de la nueva PAC a partir de 2013 por el
servicio medioambiental (bien público)
que desarrolla en beneficio de la sociedad europea en su conjunto.
Es sin
ninguna duda una iniciativa muy importante ante la difícil situación sanitaria
y el creciente aumento de la mortandad de las
abejas en toda Europa y en el resto del mundo, ha
subrayado el responsable del sector apícola de COAG, Jose Luis González. Por el
momento, los estudios científicos no han determinado las causas últimas ni la envergadura precisa de este gravísimo problema
que afecta a una actividad como la apícola, que desempeña un papel estratégico
en la polinización de los cultivos agrícolas y de la vegetación natural, en la
preservación del medio ambiente y el mantenimiento de la biodiversidad, en la producción de alimentos de calidad (miel, polen,
jalea real, etc.) y contribuye al desarrollo
rural, aprovechando recursos que de otra forma se perderían y generando
actividad económica en las zonas más desfavorecidas.
COAG recuerda que en nuestro
país la pérdida de colonias de abejas por el síndrome de despoblamiento (CCD,
en inglés) es un fenómeno conocido desde la primavera del año 2005. En la
actualidad, se ha convertido en un grave problema estructural en las
explotaciones apícolas, al provocar una media anual de bajas del 25/30 % frente
a una media del 5/10% de mortandad natural, lo que obliga a los apicultores a
aumentar anualmente la tasa de reposición de enjambres (mayores costes de
producción), así como a incrementar el número de colmenas para intentar paliar
la pérdida de ingresos. Por ello, para España, como primer país apícola de la UE, el problema de la mortandad
de colonias de abejas debe ser un asunto prioritario.
Como pasos previos para
solucionar este problema, desde COAG se les han traslado a la Ministra los siguientes
aspectos:
-
Urge poner en marcha cuanto antes a nivel
comunitario un Programa de Vigilancia que en la práctica ya debería estar
funcionando en el conjunto de los Estados Miembros de la UE, con la participación
directa de las organizaciones de los apicultores, para evaluar correctamente la
mortandad de las abejas y recoger información para poder conocer y combatir sus
causas.
-
Asimismo, se debe instar a las autoridades estatales
a establecer un sistema fiable para el censo anual de las colmenas, dado que
salvo España (REGA) y otros dos EE.MM. que cuentan con un registro oficial de
colmenas, el resto de países de la
UE se basan sólo en datos estimados. Sin la suficiente transparencia y un razonable control de la cabaña
apícola en cada Estado Miembro, así como con la participación activa de los
apicultores, será imposible disponer de información veraz sobre la mortandad de
las abejas en cada campaña apícola, ha apuntado González.
Del mismo modo, COAG señala en
su carta a la Ministra
que una de las posibles causas de la mortandad, cada día más documentada y que
la propia Comisión Europea reconoce que hay que aclarar si pueden afectar a la salud de las abejas y en qué medida,
es la utilización de los nuevos insecticidas sistémicos neurotóxicos (neonicotinoides y fenilpirazoles). En Francia, Italia, Alemania, Bélgica y otros
países comunitarios se han producido episodios masivos de mortandad de abejas
por toxicidad aguda, pero todo apunta a que el principal problema de estos
insecticidas es la toxicidad crónica y los efectos subletales que debilitan la
colonia de abejas, haciéndola primero improductiva y luego provocando su
muerte.
Además, COAG destaca que el eje
central de los problemas sanitarios de las colmenas en España, así como en
el resto del sector apícola europeo, es
la complicada situación de la lucha contra el parásito Varroa destructor, que sigue siendo una enfermedad que está
presente de forma permanente en la práctica totalidad de las colmenas a nivel
mundial. Asimismo, la acción directa de
este ácaro sobre las abejas debilita su sistema inmune y abre el paso a otros
patógenos oportunistas. En la actualidad, el sector apícola dispone de pocos
medicamentos veterinarios autorizados para combatirlo, debido a la aparición de
resistencias, y con precios muy elevados, por lo que el coste sanitario que
soportan las explotaciones apícolas como consecuencia de ello es mucho más
elevado que en otras ganaderías.
COAG espera que el Ministerio
de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) se implique activamente en el
análisis de la situación y en el diseño de una estrategia sanitaria que
garantice un futuro para el sector
apícola en España, (primera potencia de la UE con 2,5 millones de colmenas y 5.350
apicultores profesionales) y en el resto de la UE.