Esta campaña se ha sembrado un 20% más debido a una coyuntura positiva de altos precios mundiales de la fibra.
Los algodoneros españoles prevén una gran
cosecha de algodón este año, que podría superar las 200.000 toneladas,
aunque algunas fuentes la elevan incluso hasta las 240.000 toneladas,
frente a las 124.591 obtenidas en 2010.
El presidente de la
cooperativa Las Marismas de Lebrija, Jesús Valencia, y responsable de
algodón de la Federación Andaluza de Entidades Cooperativas Agrarias
(Faeca), ha recordado que esta campaña se ha sembrado un 20 % más
debido a una coyuntura positiva de altos precios mundiales de la fibra.
Valencia ha recordado que el cultivo se encuentra en las primeras fases
de desarrollo y que el estado fenológico es bueno, por lo que augura
unos rendimientos y cosecha mejores que el ejercicio pasado, siempre
que no aparezcan problemas meteorológicos o plagas como heliothis o
lepidópteros defoliadores.
En este sentido, ha criticado que
Bruselas haya dejado al sector sin apenas materias activas autorizadas
para luchar contra ellas.
Ha confiado en que las cotizaciones
mundiales de la fibra sigan altos, pese a que esto implique una subida
del precio de la ropa confeccionada con algodón, aunque ha precisado
que el sector no es culpable sino los "grandes galácticos" de la
Comisión Europea que optaron por reconvertir el cultivo y por una
reforma que "ha sido un desastre".
Respecto a las demandas del
sector, ha precisado que el Ejecutivo comunitario "debe bajar a las
trincheras" y responder a las necesidades del sector agrario como motor
de empleo y riqueza o, de lo contrario, "los agricultores nos veremos
acompañando a los estudiantes en las plazas de España", como nuevos
"indignados".
Por su parte, la firma Coalsa -que fusiona desde
2009 las desmotadoras sevillanas Las Marismas (Lebrija); Agroquivir
(Trajano, Utrera); Las Palmeras (El Trobal, Los Palacios); Coesagro
(Écija); Productores del Campo (Alcalá del Río) y Pinzón (Utrera)-
desmotará en torno al 40 % de la producción nacional algodonera.
El presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de
Sevilla, Ricardo Serra, ha asegurado que este año se han sembrado
72.000 hectáreas de algodón, de las que podrían obtenerse entre 140.000
y 200.000 toneladas,
Si se confirman, se generará una cantidad
muy por encima de la capacidad de transformación y el riesgo de que las
desmotadoras "pongan el precio que les dé la gana" a los agricultores.
Otra de las incertidumbres para la campaña de recolección es cómo
evolucionen las plagas puesto que, sin autorización a un algodón
biotecnológico o "bt" resistente a ellas y sin apenas fitosanitarios
eficaces, se corre el riesgo de que "se coman la producción".
Ha explicado que los altos precios internacionales de la materia prima
han influido en el aumento de las siembras este año, pero también que
no existen grandes alternativas por el coste "bestial" de la energía
para otras plantaciones de regadío y porque las lluvias impidieron
sembrar otros cultivos más tempranos.
Según ha declarado el
secretario de Organización de la Coordinadora de Organizaciones de
Agricultores y Ganaderos (COAG) de Andalucía, Eduardo López, tanto
Europea como España es deficitaria en fibra de algodón, pero que, a
pesar de ello, Bruselas fomentó la desaparición de entre 40.000 y
50.000 hectáreas.
López ha recordado que la organización
agraria y los productores han realizado en los últimos años un gran
esfuerzo para continuar con la actividad algodonero a pesar de la, en
muchas ocasiones, escasa rentabilidad con la esperanza de que pudiera
recuperarse la actividad pese a los recortes infligidos por la UE.
Para COAG, es imprescindible mantener el algodón y garantizar su futuro y el de las 6.500 familias que viven de él.
El responsable de cultivos industriales de la Unión de Pequeños
Agricultores (UPA) de Andalucía, Juan Sánchez, ha asegurado que una
reestructuración "mal hecha" ha dejado solo siete industrias
desmotadoras abiertas -con una capacidad de molturación máxima de
120.000 toneladas- de las 32 que llegaron a existir
No
obstante, augura una producción que podría llegar hasta 230.000 o
240.000 toneladas si no atacan las plagas, lo que puede provocar
problemas al agricultor para entregar la materia prima.
Para
Sánchez, los altos precios de la fibra han influido en que el sector
sea más atractivo para el agricultor, que obtiene una adecuada
rentabilidad para compensar los costes del cultivo tanto por el precio
de mercado como por las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y
autonómica.