El nuevo acuerdo agrícola concluido con la Unión Europea (UE), aún está pendiente de ratificación.
El ministro de Agricultura y Pesca marroquí,
Aziz Akhannouchm, reivindicó en la Eurocámara el nuevo acuerdo
agrícola concluido con la Unión Europea (UE), aún pendiente de
ratificación, como una herramienta para luchar contra la pobreza.
"¿Queremos 80.000 empleos marroquíes al otro lado del Mediterráneo?",
preguntó el ministro a los eurodiputados de la Comisión de Comercio
Internacional del Parlamento Europeo, ante quienes insistió en la
importancia de la agricultura para combatir la pobreza en su país.
Akhannouchm participó en un intercambio de puntos de vista después de
que la Comisión parlamentaria de Agricultura recomendase ayer que el
pleno de la Eurocámara rechace el acuerdo negociado por Bruselas y
Rabat para la liberalización del comercio de productos agrícolas y
pesqueros.
Esa Comisión alegó su preocupación por la capacidad
del sistema comunitario para "controlar y hacer cumplir los plazos y
las cuotas, a menudo ignorados por los socios marroquíes".
El
ministro marroquí aseguró que el poco uso de abonos y la escasa
mecanización del sistema agrícola "genera pobreza" en un país donde el
80 %de la población rural "vive directamente de la agricultura".
"Nuestros operadores son responsables, no quieren destrozar el
mercado", enfatizó, y recordó que todo producto que sale de Marruecos
con destino a la UE, "tiene una trazabilidad cuando sale del país, pero
también cuando entra en el territorio europeo".
El eurodiputado
francés de Los Verdes José Bové señaló que el acuerdo beneficia
especialmente a tres grandes empresas que gestionan el 70 % de las
exportaciones agrícolas marroquíes.
Además, aludió a la
"represión sindical" que viven los trabajadores en las explotaciones
agrícolas marroquíes y a los bajos salarios que reciben.
Como
respuesta, Akhannouchm manifestó que su país está "haciendo progresos",
que el salario mínimo "es tres veces mayor al de Egipto" y que se está
intentando negociar un convenio colectivo para el sector hortofrutícola.
Por su parte, el director general de Agricultura de la Comisión Europea
(CE), el español José Manuel Silva, hizo hincapié en que Marruecos es
un "socio estratégico" de la UE, tanto a nivel de los intercambios
comerciales como de la dimensión política, y especialmente desde la
aprobación del estatuto avanzado en 2008.
Desde su punto de
vista, el acuerdo agrícola entre las dos partes es "equilibrado" y
beneficioso para ambas, y se inscribe en la voluntad de la UE de
reforzar los vínculos con los países del sur del Mediterráneo.
Comentó que comprende sectores "clave" en los intereses europeos, y que
se han reforzado las cláusulas de salvaguarda, como puede ser mediante
la limitación de la concentración de productos durante la campaña
invernal.
"Marruecos hace grandes progresos democráticos, como
el anuncio de una nueva Constitución", comentó Akhannouchm, quien
agregó que "el espacio mediterráneo tiene que ser de estabilidad, de
responsabilidad económica compartida".
Otros diputados
mostraron su apoyo al acuerdo, como la conservadora italiana Cristiana
Muscardini, el liberal búlgaro Metin Kazak o la socialista española
Josefa Andrés, si bien ésta pidió vigilar "que no perjudique la
producción europea y la española".