Aguilera ha valorado la propuesta legislativa de reforma de la Política Agrícola Común (PAC).
La consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, ha entregado al
gabinete del comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, un estudio
exhaustivo del sector del olivar en el territorio andaluz con el
objetivo de transmitirle la importancia que para nuestra Comunidad
supone el apoyo específico de Bruselas para la puesta en marcha de
mecanismos que mejoren la rentabilidad de este sector. Tras analizar la
situación actual del Olivar durante un encuentro mantenido con el
gabinete del Comisario de Agricultura, el Gobierno andaluz y la
Comisión Europea han acordado trabajar conjuntamente para el desarrollo
de la Ley del Olivar, a lo que se añade el compromiso andaluz de
aportar varios estudios sectoriales para contribuir a que la Comisión
Europea conozca en profundidad la realidad del sector antes de la toma
de decisiones.
En el mismo encuentro, Aguilera ha valorado la propuesta legislativa
de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) y ha reclamado que se
tenga en cuenta la perspectiva regional en la gestión de las ayudas
directas, como la fórmula más adecuada para garantizar un reparto justo
de los fondos comunitarios y adaptado a la diversidad de producciones.
Entre otros asuntos, la consejera de Agricultura ha valorado
negativamente que el 30 por ciento de estas ayudas dependa de nuevas
medidas de carácter ambiental y ha recordado la necesidad de incluir en
el paquete dirigido a conseguir una agricultura sostenible modelos de
producción ya existentes en Andalucía como la producción integrada.
Asociación de Regiones Olivareras Europeas
Previamente, la consejera de Agricultura ha mantenido otra reunión
con Jacques Dasque, Secretario General de la Asociación de las Regiones
Europeas Hortofrutícolas (AREFLH) con el objetivo de impulsar una
organización europea dirigida a defender los intereses estratégicos del
Olivar y el aceite de oliva que esté abierta a la participación de
todas las regiones productoras que quieran adherirse.
Según ha defendido la consejera de Agricultura, pese a la existencia
del Consejo Oleícola Internacional, con un carácter más técnico y un
alcance global, se necesita un grupo de presión a nivel europeo, capaz
de influir en las políticas que se definen desde Bruselas. El
liderazgo europeo en producción y comercialización debe contar con un
liderazgo de las regiones olivareras europeas, organizadas en
asociación y que contribuyan de una manera activa en la definición de
las políticas europeas que afectan al olivar y sus productos, ha
aseverado Aguilera.
La responsable del Gobierno andaluz ha señalado que gracias al
papel activo de AREFLH en la defensa del sector de las hortalizas y en
las negociaciones con la Comisión Europea, se ha logrado un mayor grado
de concreción y sensibilización con este sector en los reglamento
europeos, beneficiando, por tanto, a los productores. En este sentido,
la consejera ha destacado que algunas de las 26 regiones miembros de
esta organización son también destacadas productoras de aceite de oliva
y aceituna de mesa, por lo que dichas regiones pueden constituir el
germen de una Asociación de Regiones Olivareras Europeas en la que
Andalucía está llamada a tener un papel protagonista.
Producción del olivar europeo
La Unión Europea, con más de cinco millones de hectáreas de olivar,
domina el mercado mundial del aceite de oliva y aceituna de mesa, con
una producción del 70 por ciento del aceite de oliva y en torno al 30
por ciento de la aceituna de mesa.
En países como España o Italia, principales productores de aceite de
oliva, las explotaciones olivareras suponen el 40 por ciento del total.
En el caso de regiones como Andalucía, que concentra casi la mitad de
la producción de aceite de oliva de la Unión Europea, el olivar supone
casi la cuarta parte de toda la producción agraria, siendo la principal
actividad económica para 250.000 familias en más de 300 municipios.
El cultivo del olivar europeo se concentra en las regiones
mediterráneas, siendo un elemento esencial para la economía de las
zonas rurales, su patrimonio cultural y el medio ambiente de dichas
regiones. Asimismo, la mayor parte de los cultivos del olivar en la UE
contribuyen de forma positiva a mantener los valores naturales y
paisajísticos, siendo también, por su carácter leñoso, un sumidero
natural de carbono.