Este aceite ecológico procede de la variedad antigua de oliva conocida como "lucio", muy frecuente en la zona de los Montes Orientales de la provincia de Granada.
Los olivares centenarios de la Alhambra,
ubicados en la dehesa del Generalife, han arrojado la primera producción
de aceite de oliva virgen extra, que será comercializada en
una innovadora promoción de envases monodosis.
Este aceite
ecológico procede de la variedad antigua de oliva conocida como "lucio",
muy frecuente en la zona de los Montes Orientales de la provincia de
Granada, según ha explicado la directora del Patronato de la Alhambra y
Generalife, María del Mar Villafranca, durante la presentación.
Se trata de una especie exclusiva de la provincia poco productiva, ya
que solo fructifica en las partes terminales de los brotes, y con un
notable interés histórico cultural por su singularidad y su ancestral
ligazón a la Alhambra.
El Patronato de la Alhambra y
Generalife lleva a cabo desde 2003 labores ordinarias de cultivo y
aprovechamiento de los olivares de la dehesa del Generalife junto con
otros situados en otras fincas anexas al monumento (Alixares, entorno
del cementerio, cerro del Aire o Huerta de la Mercería) que suman un
total de 52 hectáreas y 4.722 olivos, la mayoría de ellos centenarios.
Este año la producción ha sido de 110.000 kilos de aceituna, lo que
se ha traducido en unos 20.000 litros de aceite ecológico.
Las
mejoras introducidas en el cultivo durante esta campaña han permitido
otorgar a este aceite la calificación de virgen extra.
El
Patronato distribuirá de entrada 7.000 envases monodosis que podrán
adquirirse en la librería de la que dispone en el centro de Granada,
según Villafranca, quien ha indicado que esta primera promoción va
especialmente dirigida a empresas y turistas.
Según ha
explicado Rafael de la Cruz, jefe de Bosques y Jardines del Patronato de
la Alhambra, la dehesa del Generalife recibe ese nombre porque desde la
época medieval estaba plantada de forma abierta, de modo que el
arbolado se hallaba disperso, lo que permitía cultivos agrícolas y usos
ganaderos de todo el espacio.
A lo largo de la historia, al
igual que ha ocurrido con la Alhambra, este espacio ha vivido momentos
de esplendor y otros de cierta decadencia, según De la Cruz, quien ha
explicado que desde que el Generalife y su dehesa pasó a manos del
Estado español en 1921, su uso ha ido siendo recuperado progresivamente.
En el año 2002 pasó a ser gestionado por el Patronato de la Alhambra,
que desde entonces ha buscado recuperar el uso sostenible de este
territorio y garantizar un uso ecológico y paisajístico.
El
objetivo de esta iniciativa, ha dicho, "no es solo comercializar -la
producción de aceite-, sino identificar un uso del lugar con la historia
de la Alhambra".