Después de que varios medios de comunicación internacionales hayan apuntado que autoridades de Italia y Shanghái (China) investigan si empresarios italianos venden aceite de oliva "virgen extra" como procedente de este país sin serlo.
Las organizaciones y cooperativas agrarias
han planteado que el fraude de los envasadores italianos, que importan
aceite de oliva a granel de España o de otros países y venden después
embotellado con etiquetas "Made in Italy", es una práctica ilegal, pero
habitual desde hace años.
Así lo han detallado
fuentes del sector, después de que varios medios de comunicación
internacionales hayan apuntado que autoridades de Italia y Shanghái
(China) investigan si empresarios italianos venden aceite de oliva
"virgen extra" como procedente de este país sin serlo e, incluso, si se
trata de esa categoría -la de máxima calidad- o son mezclas de aceites
baratos.
Las mismas fuentes han apuntado que firmas
italianas compran aceite a España, Túnez, Grecia, Marruecos, Turquía o
Siria, y lo venden como italiano -y más caro- aprovechando su buena
imagen en el mundo, lo que no debe confundirse con fraude en las
calidades.
El presidente del Consejo Sectorial de Aceite de
Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias y, a su vez, presidente del
grupo de trabajo Aceite de Oliva y Aceitunas de Mesa del Copa-Cogeca,
Rafael Sánchez de Puerta, ha destacado que "todo el mundo
sabía" que Italia exportaba y envasaba más aceite del que producía.
A nivel oficial, "se admite" que Italia produce entre 450.000 y
500.000 toneladas de aceite, pero exporta 700.000 toneladas, aunque "no
se sabe cuánto de eso" lo hace como "producto de Italia".
De
Puerta ha insistido en que en todo caso el posible fraude se centraría
en la "denominación" de producto y nunca "en la calidad", pese a que hay
confusión sobre ello en las informaciones publicadas.
Según
ha subrayado, en las investigaciones de las autoridades italianas
colabora la mayor organización de productores del país (Coldiretti) y,
por tanto, podría haber interés en dar a entender a la opinión pública
que todo el aceite de oliva importado -la mayoría es español- "no es de
calidad" y "es un fraude", mientras que sólo los producidos en Italia
"son buenos".
A su juicio, en el fondo del problema puede
residir que Italia cada vez tiene menos producción y "representa menos"
en el mercado mundial, por lo que debe recurrir más a importaciones para
suministrar a los mercados, pero quiere seguir haciéndolo con "su
imagen" de origen, mejor valorada.
Todo ello sucede, además,
en un momento que los precios del aceite de oliva -que marca España como
potencia mundial- son extremadamente bajos y los productores italianos
ya no pueden competir con el español.
Las dos principales
marcas italianas -Bertolli y Carapelli- son ahora españolas (Deóleo) y
"si le pudieran cortar la cabeza, estarían encantados", ha admitido De
Puerta.
Sin embargo, ha insistido en que no se confundan
posibles problemas con el etiquetado -los envases deben indicar si la
producción es de la Unión Europea (UE), de algún país en particular de
la UE o bien de "países terceros"- con un fraude con la calidad, porque
el producto importado es, en muchos casos, mejor incluso que el de
Italia.
"Todo esto debe hacernos replantear la situación, no
mirar hacia otro lado y a asumir el papel de liderazgo mundial", ha
añadido.
El responsable técnico de aceite nacional de la
Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), José Ramón Díaz, ha
resaltado que es legal que Italia venda aceite cosechado en otro lugar
si indica en el etiquetado, por ejemplo, que es originario de la UE,
pero que el problema está cuando lo atribuyen a su país sin serlo.
Díaz ha puntualizado que muchas veces lo que se vende bajo marca
italiana procede de España, una práctica comercial "que se hace desde
hace muchos años allí y queremos erradicar, pero está ahí",
España producirá alrededor de 1,4 millones de toneladas, por lo que
necesita exportar al menos 800.000 para dar salida a la cosecha, 400.000
de ellas a Italia, el principal cliente, ha remarcado.
"Nos
gustaría que se llevaran (los italianos) todo el aceite envasado, ese
sería el objetivo y por eso luchamos", ha defendido.
El
secretario general de COAG-Jaén, Rafael Civantos, ha recalcado que "era
vox populi" que Italia vendía como propio aceite español, porque sus
cifras de producción, consumo e importación "no cuadran".
Civantos ha reclamado que las autoridades italianas investiguen a sus
empresas y hagan cumplir el reglamento comunitario sobre etiquetado, lo
que "sería bueno" para despejar dudas en el sector.
Desde la
Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos han defendido "la absoluta
transparencia de nuestras prácticas comerciales y productivas", al
tiempo que "condenan rotundamente las supuestas prácticas fraudulentas"
de los envasadores italianos.
De confirmarse estas prácticas,
el aceite de oliva español sería "una víctima de las malas prácticas" de
empresarios "sin escrúpulos", han apuntado fuentes de la organización
agraria.