Estas colmenas están especialmente indicadas para los meses de diciembre a marzo y para cultivos de invernadero y aire libre.
La empresa almeriense Biobest ha desarrollado
una línea de investigación para la comercialización de colmenas de
invierno para abejorros elaboradas con poliespán que garantizan la
correcta polinización de los productos agrícolas incluso a bajas
temperaturas.
Estas colmenas están especialmente indicadas
para los meses de diciembre a marzo y para cultivos de invernadero y
aire libre, ha informado en un comunicado la Fundación Descubre.
Los expertos de Biobest han elegido el poliespán, un material muy
utilizado en las bandejas de envasado de frutas, verduras o carnes, y en
las fachadas, suelos o cubiertas de edificios como aislante térmico,
por sus condiciones para guardar la temperatura.
El
responsable de investigación y desarrollo de la empresa, Jorge Hernández
Rodríguez, ha explicado que este material "tiene un bajo coeficiente
térmico" y, según los estudios realizados, "es diez veces mejor aislante
que el cartón y cinco que el plástico ondulado, elementos tradicionales
en la elaboración de colmenas".
En invierno, cuando las
temperaturas mínimas de un invernadero pueden situarse en torno a los 5 ó
6 grados, disminuye la vida útil de los abejorros y, por tanto, su
productividad.
Con el aislamiento de la colmena y el aumento
de la temperatura se logra que la actividad de estos insectos no se vea
mermada.
Otra novedad que influye en el aumento de la
temperatura es el diseño de la estructura de la colmena, que permite
introducir tres nidos de abejorros al mismo tiempo, con colonias de
entre 250 y 300 insectos cada una.
"Al ubicar varios nidos en
una misma colmena se genera calor", aunque es necesario garantizar "un
eficaz sistema de ventilación que evite una excesiva subida de
temperatura", ha precisado el experto.
Esta colmena de
invierno, cuya duración mínima es de cuatro a seis semanas, está formada
por una caja de poliestireno expandido o poliespán, una tapa, una
botella con azúcares para proporcionar alimento a los abejorros, los
nidos y unos orificios en su base y en la parte superior que garantizan
el intercambio de aire.
Tradicionalmente, los agricultores, en
función del tipo de cultivo, confiaban en las abejas, en el trabajo
manual o en tratamientos con hormonas para polinizar sus productos
agrícolas.
Desde hace unos años, el abejorro común -Bombus
terrestris- ha desplazado estas prácticas, originando un nuevo tipo de
polinización, la biológica, ha añadido la Fundación Descubre.