Recientemente, el grupo de ¿Química Analítica de Contaminantes¿ de la Universidad de Almería (UAL) ha finalizado el proyecto ¿Exposición de trabajadores agrícolas a plaguicidas para la Prevención de Riesgos Laborales en el sector agrícola¿. Un estudio financiado por la Junta de Andalucía que se ha llevado a cabo en el municipio de El Ejido entre 2004 y 2005.
Debido a la demanda social en materia de Prevención de Riesgos Laborales y el riesgo que supone la exposición de los agricultores a los plaguicidas, este trabajo ha evaluado la cantidad de productos tóxicos que llega al trabajador en agricultura intensiva en las labores de preparación de muestras de caldos de aplicación y en el tratamiento de cultivos por productos fitosanitarios. Todo ello mediante el uso del documento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre Buenas Prácticas de Laboratorio (BPL), un protocolo de trabajo que este grupo, dirigido por José Luis Martínez Vidal, ha cumplido de forma exahustiva. Mediante este sistema de trabajo, los resultados no dan lugar a error y están estandarizados, listos para ser comparados con otros estudios nacionales e internacionales avalados por las BPL.
"Por el impacto social, económico y sanitario de este tipo de estudios es necesario resaltar que deben realizarse trabajos que aseguren la calidad de los resultados", según ha explicado uno de los investigadores implicados en el proyecto, Francisco Egea. Este es el único caso a nivel nacional que se ajuste a estas pautas, lo que da gran relevancia a los datos obtenidos.
Una exposición alta pero durante poco tiempo es aguda, sin embargo, una de carácter leve pero durante un amplio período de tiempo se considera crónica, aunque ambas generan en la mayoría de los casos diferentes daños neurológicos. Por ello, este grupo de investigadores de la Universidad de Almería ha medido los niveles de exposición dérmica, donde las zonas sometidas a mayor exposición son las manos y la parte inferior del cuerpo, y en actividades de preparación de caldos y aplicación de plaguicidas. Una labor llevada a cabo mediante un método desarrollado en el propio departamento planificando los estudios de campo y laboratorio de acuerdo a las BPL.
"Hacerlo acorde con las BPL permite contrastar los resultados con los de otros países", según Egea, ya que se trata de una información obtenida mediante la misma metodología. En general, este proyecto ha determinado que la exposición dérmica en diferentes cultivos es de 100 ml/h. Sin embargo, en países como Portugal, estos valores aumentan hasta alcanzar los 700 ml/h, otro caso con niveles similares es el de Italia. Por su parte, la exposición respiratoria es muy fuerte en el momento de liberar el líquido o preparar el caldo pero se reduce rápidamente en un 90% en 24 horas.
Tras los estudios que desde 1995 este grupo realiza, "las tendencias se modifican en Almería" y se extrapolan a otros países, según Francisco Egea. Así, esta reciente investigación, ha definido algunos requisitos para disminuir la exposición a plaguicidas como el aumento de los pasillos de plantación en invernaderos, con un mínimo de dos metros, o el uso de trajes de protección para los cultivos este tipo de productos, una forma de reducir cinco veces la cantidad de fitosanitarios en la orina del agricultor.
Sin embargo, los resultados del proyecto han de ir unidos a la infraestructura técnica que posee la provincia de Almería, por ello es necesario que los trabajadores de la agricultura intensiva acudan a cursos de formación, utilicen equipos de aplicación y se investigue sobre sistemas de aplicación que eliminen todo tipo de peligros.
