Cada día es más frecuente encontrar en las estanterías de los hipermercados repisas dedicadas al agua mineral, o ver como algunos restaurantes incorporan una carta de aguas para acompañar sus platos. Pero quizás el detalle que llama más la atención son los recientemente aparecidos ¿cursillos de cata de agua¿, tan populares en la actualidad.
El agua es un compuesto químico muy importante para el ser humano, el 70% de nuestro cuerpo se encuentra formado por agua, cantidad de disminuye con el paso de los años. Una de las últimas tendencias del mercado alimentario ha sido personalizar el agua, es decir, prescribir un tipo de agua para cada tipo de persona según su estado de salud.
Nos podemos encontrar con muchas variedades. La hiposódica, con un bajo contenido en sodio, se recomienda para personas que tienen hipertensión. La de mineralización débil presenta un bajo nivel en calcio, la suelen comprar personas que tienen problemas renales. El agua hiposódica diurética, o agua de mineralización fuerte, es la usada para personas que tienen dificultades en hacer la digestión. La cuestión es que existen tantos tipos de agua como combinaciones químicas se dan en su composición; los beneficios que puedan o no aportar son estudiados en la actualidad. Aunque si bien es cierto que su consumo comedido es necesario e incluso beneficioso, un abuso extremo de su ingesta podría llegar a producir una hiponatremia, es decir, una bajada de los niveles de sodio en la sangre.
Asimismo, el consumo mundial de agua embotellada aumenta a un ritmo anual del 12%, a pesar de su elevado precio. La principal diferencia entre el agua mineral y la natural es que la primera no presenta una composición mineral constante y tampoco posee efectos beneficiosos para la salud. Así que podemos definir el agua mineral como aquella de origen subterráneo, protegida contra los riesgos de contaminación, bacteriológicamente sanas y con una composición en minerales, que les confiere propiedades favorables para la salud.
El ser humano bebe consumir al menos dos litros de agua diarios, ya que ayuda a eliminar toxinas del cuerpo y cumple un papel fundamental en la regulación de la temperatura de nuestro cuerpo.
