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La Universidad de Córdoba está trabajando junto con la de Huelva y el Instituto de Recursos Naturales de Sevilla (IRNAS, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) para optimizar los procesos de fermentación del estiércol de vacuno y otorgar al compost generado un certificado de garantía ecológica. En este sentido, el objetivo es comprobar qué condiciones de compostaje son las mejores para eliminar los residuos químicos que pueden contener los excrementos de los animales. Para esto, los científicos han elaborado un proyecto que se desarrollará durante los años 2007 y 2008. El catedrático de Toxicología de la UCO, Diego Santiago explicó que la intensificación de la producción animal conduce también a una sobreproducción de estiércol que "a través de las técnicas de compostaje se convierte en un fertilizante interesante en la agricultura". No obstante, los desechos suelen contener residuos de las sustancias químicas que se suministran a los animales con fines terapéuticos o productivos, y Diego Santiago afirmó que se trata principalmente de "antibióticos". De este modo, el inconveniente de los residuos químicos es un problema más dentro de la contaminación del suelo, aunque el catedrático de Toxicología señaló que "no es el más preocupante". A pesar de esto, los cultivos ecológicos necesitan recursos con la misma denominación y la "etiqueta ecológica supone garantizar que las sustancias suministradas a los animales con fines terapéuticos o productivos han desaparecido del estiércol". El proyecto consistirá en analizar la evolución del producto a través de las diferentes fases de fermentación. En esta línea, los investigadores estudiarán comparativamente qué modificaciones en el proceso (la temperatura, la humedad, la duración en el tiempo y los componentes vegetales que se le añaden) son más convenientes para la obtención de la de claración ecológica del compost.