Departamento de Química Analítica
Universidad de Córdoba
Andalucía Investiga
Un equipo de científicos de la Universidad de Córdoba
ha desarrollado metodologías innovadoras para el control de contaminantes
químicos en alimentos, que permiten simplificar los procesos seguidos hasta el
momento para asegurar su calidad y la ausencia de elementos tóxicos para
humanos y animales.
La oferta de alimentos de todo tipo es creciente y cada día
que pasa es más diversificada gracias a nuevas técnicas de procesamiento e
industrialización. Al mismo tiempo que crece la gama de posibilidades para los
consumidores, aumenta la exposición de los alimentos a sustancias contaminantes
y por tanto el nivel de tóxicos que contienen. El control de contaminantes en
productos agroalimentarios es uno de los principales retos de los laboratorios
químicos, que buscan estrategias aplicables que permitan ahorrar costes y sean
respetuosas con el medio ambiente.
El desarrollo de estas estrategias ha sido uno de los
principales objetivos del grupo de investigadores dirigido por Soledad Rubio.
Para ello, diseñan y sintetizan disolventes supramoleculares; líquidos
constituidos por agregados de moléculas compatibles con el medio ambiente. Los
disolventes orgánicos son muy tóxicos y volátiles; de hecho, la Comunidad Europea
estima que el 35% de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles a la
atmósfera proceden del uso de esos disolventes, que se utilizan en grandes
cantidades en la industria y los laboratorios químicos, explica Rubio. La
síntesis de disolventes supramoleculares se realiza mediante autoensamblaje
molecular, que es un proceso omnipresente en química, en la ciencia de los
materiales y en biología.
La gran capacidad de los disolventes supramoleculares para
extraer de forma eficaz una gran variedad de contaminantes en productos
agroalimentarios, ha permitido a este grupo de la UCO desarrollar tratamientos
genéricos que pueden aplicarse a múltiples muestras y contaminantes. De esta
forma se simplifica el control de calidad de los alimentos y se reduce el
tiempo y costes a los laboratorios.
En concreto, se han desarrollado metodologías para la
detección de micotoxinas, metabolitos tóxicos producidos por hongos que
contaminan los productos agrícolas, originan importantes efectos nocivos sobre
la salud y causan considerables perjuicios económicos. Según detallan estos
expertos, aproximadamente el 25% de las notificaciones recibidas por el
Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea son
provocadas por las micotoxinas. El tratamiento de muestra genérico
desarrollado es compatible con cualquier sistema de detección, también con los
métodos utilizados para medidas de campo y comercializados por una gran
variedad de empresas.
El grupo planea actualmente el desarrollo de una patente de
este proceso y dos empresas, la estadounidense Abraxis y la húngara Softflow,
con sede en US, han contactado con él para la aplicación de los disolventes
supramoleculares en combinación con los métodos inmunoquímicos que ambas
comercializan.
Contaminantes emergentes en la dieta
Gracias al interés que despiertan estos disolventes, el
grupo colabora desde hace dos años con el Institute for Environmental Studies
(VU University, Amsterdam) en el desarrollo de metodologías para la detección
de compuestos perfluorados en alimentos, peces y aves. Estos compuestos se han
utilizado a gran escala desde los años 50 en materiales de recubrimiento y son
objeto de gran preocupación, debido a su proliferación en el medio ambiente,
sobre todo en océanos, y a su presencia en sangre de humanos. La Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria ha establecido que debe evaluarse la exposición del
hombre a este tipo de contaminantes y establecerse las rutas de exposición,
sobre todo el aporte producido por la dieta.
En este sentido, el grupo de Rubio investiga en el
desarrollo de métodos que permitan construir base de datos fiables sobre la
concentración de perfluorados en alimentos que sirvan a las autoridades
competentes para el desarrollo, si ha lugar, de la legislación correspondiente.
Los estudios realizados hasta la fecha en la comunidad científica revelan que
las cantidades halladas de compuestos perfluorados en los alimentos no
suponen, hasta donde se sabe, un riesgo para la salud, según atestiguan estos
expertos.
Los disolventes de diseño tendrán un papel fundamental en la
industria y los laboratorios del futuro. En la actualidad, este grupo de la UCO, además de continuar con
el desarrollo de los disolventes en el sector agroalimentario, investiga la
aplicación de los mismos al tratamiento de aguas residuales y a la producción
de enantiómeros puros en la industria farmacéutica y agroquímica.