FAO
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
Un grupo
internacional de expertos ha advertido que aunque se conoce hoy en día mejor
que nunca el papel de las aves silvestres en la propagación del virus altamente
patógeno H5N1 de la gripe aviar, existen numerosas lagunas de información que
permanecen por resolver, en un momento en que el interés de la opinión pública
y los gobiernos deriva hacia otras cuestiones.
"La disminución de la atención internacional hacia el
virus altamente patógeno de la gripe aviar H5N1 significa menos oportunidades
para la vigilancia e investigación, afectando negativamente la creación de
capacidad y la coordinación entre las autoridades medioambientales y agrícolas,
así como a los esfuerzos para una mayor comprensión de la epidemiología y
ecología del virus", aseguró el Grupo de Trabajo sobre la Gripe Aviar y las Aves
silvestres en un comunicado emitido al término de una reunión celebrada en la
sede central de la FAO
en Roma.
Establecido en 2005 y dirigido de forma conjunta por la FAO y la Convención sobre
Especies Migratorias (CMS, por sus siglas en inglés) del Programa de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el grupo de trabajo es una asociación de
colaboración en la que participan 15 organismos internacionales, incluyendo
diversas agencias de la ONU,
otras organizaciones intergubernamentales y organizaciones no gubernamentales
especializadas.
"Desafortunadamente, el H5N1 puede haber desaparecido
de la pantalla del radar para algunos, pero continúa siendo un grave problema,
especialmente para Egipto y en algunas regiones de Asia, en donde está teniendo
un enorme impacto en la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de
los campesinos y las comunidades locales", aseguró Juan Lubroth, Jefe
Veterinario de la FAO. El
virus H5N1 no se limita tan sólo a Asia, explicó, sino que también se han
producido casos en Europa, Asia central y algunas zonas de África.
En los últimos seis meses, se han producido brotes del virus
en aves de corral en Bangladesh, Camboya, Rumanía, Israel, Myanmar, Nepal,
Egipto, Indonesia, India y Viet Nam y en aves silvestres en China, Mongolia y la Federación Rusa.
Precisamente en esta semana, Bhután ha informado de brotes por vez primera y el
virus fue detectado tras una ausencia de tres años en Rumanía en aves de
corral.
La escasa bioseguridad y el comercio de aves de corral
infectadas son las principales causas de la propagación de la enfermedad. Las
aves silvestres tienen un papel mucho menos relevante en la ecología del virus
H5N1, pero la comprensión de su papel en la enfermedad y la gestión de los
riesgos asociados plantean problemas específicos.
La enfermedad ha tenido importantes y variadas implicaciones
en la conservación de las especies silvestres, entre las que se incluyen la
muerte de miles de aves a causa del virus y las respuestas inapropiadas, como
el sacrificio de aves silvestres sanas y la destrucción de sus hábitats.
No hay pruebas irrefutables
Durante los últimos cinco años se han analizado unas 750 000
aves silvestres en todo el mundo para detectar el virus H5N1, por intervención
de las autoridades nacionales, las ONGs y organismos internacionales como la FAO.
Se esperaba que durante el proceso apareciera alguna especie
que actuase como "reservorio silvestre": aves que pueden propagar el
virus sin contraer la enfermedad.
Pero por el momento no se ha dado este caso. Se ha
encontrado tan sólo un número muy pequeño de aves silvestres infectadas y
aparentemente sanas.
La FAO
ha liderado también los esfuerzos para el seguimiento de más de 500 aves
silvestres en varias regiones con trasmisores vía satélite, con el objetivo de
reunir información sobre sus movimientos e identificar posibles correlaciones
con episodios de gripe aviar. No se han logrado encontrar pruebas decisivas.
Ello sugiere que la infección de aves de corral domésticas
por aves silvestres ocurre rara vez y el riesgo que representan las aves
silvestres para los humanos es insignificante. Sin embargo se necesitan
continuar con los ensayos para fortalecer estas conclusiones.
"Setecientos cincuenta mil son muchos pájaros, pero si
se compara con la población de aves a nivel mundial, sería necesario realizar
pruebas incluso a un número mayor de aves para localizar el virus",
aseguró Scott Newman, Coordinador de la Unidad de Fauna silvestre del Grupo de
Enfermedades infecciosas/EMPRES. "¿No hay reservorio en las aves
silvestres, o no hemos realizado un número suficiente de muestreos?", se
preguntó Newman.
"Ciertamente, las aves silvestres han estado
involucradas en algunos casos de transmisión, por ejemplo el año pasado en
Mongolia. Los investigadores chinos han informado recientemente haber encontrado
el virus en aves silvestres aparentemente sanas", explicó Newman.
Estas cuestiones, entre otras, fueron debatidas por el Grupo
de Trabajo. Entre las áreas que indicaron se deben mejorar aún más, figuran:
* estandarización
de las metodologías para realizar informes y de muestreo con las mejores
prácticas actuales con base científica;
* una vigilancia
continua y más extensa de las poblaciones de aves silvestres, junto a una mejor
comprensión de sus rutas migratorias, uso de hábitat y movimientos;
* fortalecer la
capacidad de los que investigan los brotes para que puedan evaluar la fuente de
introducción del virus;
* esfuerzos en
educación para que no se culpabilice tanto de forma indiscriminada a las aves
silvestres de los brotes en las aves de corral.
Beneficios adicionales para la conservación de la vida
silvestre
Uno de los beneficios colaterales del esfuerzo sin
precedentes de vigilancia emprendido por la FAO y sus socios ha sido una gran cantidad de
nueva información sobre el uso de hábitats y las pautas y rutas de migración de
algunas especies de aves silvestres.
"Los datos se generaron para que pudiéramos evaluar
mejor los posibles lazos entre las migraciones de aves silvestres y la
incidencia del virus H5N1, pero demostraron tener un valor inmenso para
identificar y priorizar humedales de gran importancia para la conservación y
gestión", señaló Newman.