CSIC
Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Permite medir la contaminación en tiempo real, sin necesidad
de enviar las muestras al laboratorio Investigadores del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) han desarrollado un nuevo sensor que permite
conocer la cantidad de mercurio presente en un medio acuoso de forma más fiable
y sin necesidad de remitir muestras al laboratorio, ya que el análisis puede
hacerse in situ. El nuevo sistema, desarrollado junto con investigadores de las
universidades de Murcia y Regensburg (Alemania), se publica en la revista
Chemical Communications.
Una de las mayores ventajas del dispositivo es su gran
sensibilidad, mucho mayor de la que suele ser habitual en los dispositivos
portátiles: permite detectar mercurio incluso a niveles picomolares, tres
órdenes de magnitud por debajo del límite establecido por la Unión Europea (1
parte por billón), destaca Jaime Veciana, investigador del CSIC y director del
estudio. El sistema, un sensor óptico, funciona usando la técnica de resonancia
por plasmón superficial, que permite medir en tiempo real interacciones
moleculares superficiales.
Los investigadores han empelado una molécula modificada que
permite la formación de una monocapa de moléculas receptoras autoensambladas en
una superficie de oro. Cada chip se puede utilizar hasta en cuatro análisis por
lo que, a pesar de necesitar oro para su funcionamiento, se rebajan los costes.
Sólo por el hecho de su gran sensibilidad y la posibilidad
de hacer análisis in situ, evitando el envío de muestras a laboratorios y los
días de espera, se justifica la relevancia del desarrollo, afirma Inmaculada
Ratera, investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencia de Materiales de
Barcelona.
La contaminación por mercurio se ha incrementado enormemente
en las últimas décadas debido al aumento de la industria y a la alta
volatilidad del compuesto: El mercurio está presente en pequeñas cantidades en
la mayoría de combustibles y residuos industriales. Cuando éstos se queman,
pasa con gran facilidad a la atmósfera y al llover, se acumula en acuíferos,
explica Ratera.
En cualquier caso, el mercurio, un potente neurotóxico, es
difícil de eliminar, por lo que todas las medidas van encaminadas a reducir su
presencia y controlar sus niveles: en este sentido, el dispositivo que
acabamos de desarrollar puede ayudar a facilitar estos análisis, concluye
Ratera.