Junta de Andalucía
Un estudio elaborado por la
Consejería de Agricultura y Pesca amplía de 85 a 782,69 los kilómetros
aptos para desarrollar este tipo de producciones
Cultivos marinos en Salobreña.
La Consejería
de Agricultura y Pesca ha elaborado recientemente un detallado estudio sobre la
localización de las zonas idóneas para el desarrollo en Andalucía de la
acuicultura marina, otra apuesta del sector pesquero por la diversificación. En
total, se han cifrado en 782,69 los kilómetros cuadrados aptos para practicar
alguna actividad acuícola, a los que se suman otros 6.114,17 donde esta labor
se podría ejercer con limitaciones. En la actualidad, Andalucía dedica a esta
actividad productiva algo más de 85 kilómetros cuadrados.
Estos datos, que se desprenden de la última actualización que ha realizado la Administración
andaluza sobre este tema, abren nuevos horizontes a esta actividad,
caracterizada por su calidad, potencial y la apuesta por un desarrollo
sostenible, y que ha sabido además adaptarse a los nuevos tiempos a través de
la puesta en marcha de proyectos innovadores, el desarrollo de técnicas
ecológicas y el estudio e investigación para el cultivo de nuevas especies.
Según el estudio, los cultivos marinos han tenido una evolución importante
en los últimos años, sin embargo, aún no han alcanzado el grado de desarrollo
esperado. Así, para definir una zona como potencialmente aprovechable para la
actividad acuícola se han analizado, por un lado, ciertas condiciones técnicas
y ambientales de esos espacios y, en segundo lugar, la compatibilidad con otras
actividades y usos.
La metodología llevada a cabo para elaborar el documento ha contrastado gran
cantidad de información espacial, procesada mediante un Sistema de Información
Geográfica (SIG) con el que se obtiene una visión general de la disponibilidad
de espacios para la ubicación de empresas y los factores que pueden influir en
la implantación y desarrollo de nuevas instalaciones acuícolas en Andalucía.
Para establecer las zonas aptas para acuicultura se han analizado también
las posibles compatibilidades con los espacios naturales protegidos, las zonas
de producción pesquera y acuícola actuales, los sistemas portuarios, las áreas
determinadas como patrimonio histórico y otros usos que pudiesen resultar
incompatibles con el desarrollo de estas actividades.
Como resultado, el estudio ofrece una cartografía temática de usos
administrativos y actividades que se ejecutan en el espacio marítimo terrestre
andaluz y otra donde se identifican las zonas idóneas para ejercer la
acuicultura, entendiendo como tal la franja marítima o marítimo-terrestre donde
se podría ubicar alguna empresa acuícola.
El documento establece así dos grados de idoneidad: zona idónea apta,
entendiendo como tal el espacio donde la actividad acuícola sería viable por no
coincidir con otro uso o actividad en la zona o porque los usos de esa zona no
sean incompatibles con la actividad acuícola; y zona idónea con limitación,
para aquellos espacios donde se ha detectado una posible interferencia de usos,
ya sea por la normativa aplicable o por determinación del organismo competente
tras haber sido consultado para este estudio.
Así, la zona atlántica tiene una superficie apta para la acuicultura de unos
227 kilómetros
cuadrados, tanto de zonas de marismas en tierra como zonas en mar abierto, y
otros 4.887
kilómetros cuadrados de superficie con limitaciones,
donde también se podría implantar la actividad acuícola con cierta interacción
con otros usos y actividades.
En el Mediterráneo, por su parte, la zona apta para los cultivos marinos es
de 555,22
kilómetros cuadrados, y otros 1.226,75 kilómetros
cuadrados en los que esta actividad tendría limitaciones, donde también se
podría implantar la actividad acuícola con cierta interacción con otros usos y
actividades.
La acuicultura en Andalucía
En Andalucía, la ubicación de las instalaciones se localizan
en dos grandes áreas, la zona sur-atlántica y la zona sur-mediterránea,
separadas por el Estrecho de Gibraltar, que actúa como una frontera física de 14 kilómetros de
anchura y 350 metros
de profundidad media.
El área sur-atlántica tiene una longitud aproximada de 300 kilómetros. En
esta zona hay 83
kilómetros cuadrados ocupados por instalaciones
acuícolas de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. En Huelva, los cultivos
marinos se concentran en las marismas y zonas intermareales de los ríos
Guadiana, Piedras, Tinto y Odiel, donde existen en la actualidad 48
instalaciones, de las que tan sólo dos están ubicadas en el mar.
En Sevilla, por su parte, las características hidrodinámicas
del estuario del Guadalquivir, con gran influencia mareal, permiten que haya
una instalación -la única de la provincia- que favorece al aprovechamiento de
los cultivos de especies marinas.
Por último, en Cádiz, gracias a la transformación inicial de
las marismas en salinas, la producción acuícola se divide en dos tramos: entre
la desembocadura del río Guadalquivir y la localidad de Tarifa, donde 41
empresas desarrollan cultivos en parques intermareales y tanques excavados,
mientras que una instalación se encuentra en mar abierto, con sistemas
innovadores para afrontar situaciones oceanográficas extremas frente al Cabo de
Roche; y otra zona que abarca desde Tarifa hasta la Bahía de Algeciras, donde
las instalaciones existentes desarrollan cultivos en mar abierto.
Respecto al área de producción acuícola andaluza, la zona
sur-mediterránea, con mayor profundidad en las zonas próximas a la costa,
favorece el establecimiento de instalaciones de cultivo en mar abierto, de manera
que la acuicultura ocupa una superficie de 2,6 kilómetros
cuadrados repartidos entre las provincias de Málaga (seis empresas con
instalaciones en mar con sistemas flotantes), Granada (una empresa con
instalaciones en mar y dos en tierra) y Almería (cuatro instalaciones en mar y
dos en tierra). Esta última es la provincia que concentra la mayor producción
acuícola en Andalucía.
Especies cultivadas
En relación con las especies cultivadas en el litoral
andaluz, predominan el grupo de peces, doradas (Sparus aurata) y lubinas
(Dicentrarchus labrax) fundamentalmente, a las que se han sumado en los últimos
años el lenguado (Solea sp), la corvina (Argyrosomus regius) y la seriola
(Seriola domerili).
Respecto a los moluscos, las producciones siguen siendo fundamentalmente
de mejillón (Mytilus galloprovincialis), seguidas de ostión (Crassostrea
gigas), almeja japonesa (Ruditapes philippinarum) y almeja fina (Ruditapes
decussatus), y se experimenta con otras como la zamburiña (Chlamys varia),
vieira (Pecten maximus) y pulpo (Octopus vulgaris).
La actividad, en cifras
En Andalucía, el sector de la acuicultura genera anualmente
unos 50,12 millones de euros, lo que supone la consolidación de una actividad
que, día a día, va aumentando su producción, apostando por construcciones
nuevas o la modernización de las ya existentes y la puesta en marcha de
proyectos piloto de carácter experimental.
Actualmente, operan en la comunidad 112 empresas de
acuicultura marina. En lo que se refiere a la creación de empleo, el sector
andaluz de la acuicultura ha generado casi 700 puestos de trabajo directos.
La mayor parte de la producción corresponde a dorada y
lubina, con casi 6.600 toneladas de producción al año. Les sigue por volumen la
producción de mejillón. El 50% de la producción se vende en Andalucía y cerca
de otro 40% en el resto de España.
Protagonista en la Seafood 2011
Andalucía aprovechará su presencia en la Seafood 2011, que se
celebra del 3 al 5 de mayo en Bruselas, para da a conocer esta actividad fuera
de sus fronteras. Con este fin, se ofrecerán degustaciones y demostraciones de
cocina en vivo con este tipo de productos.
Gran parte de la producción que se genera en la comunidad
andaluza cuenta en la actualidad con una marca propia, 'Pescado de Estero', un
distintivo que asegura un sistema de producción sostenible y respetuoso con el
medio ambiente.
El pescado de estero tiene su origen en las antiguas salinas
y esteros de Andalucía, donde se producía el engorde de diferentes especies
-doradas, sargos, corvinas, lubinas y lenguados, entre otras-, cuyos alevines
se captaban de manera natural al gestionar el agua de la instalación salinera.
En la actualidad, y tras su reconversión en instalaciones acuícolas en los años
70, continúan con su producción piscícola en perfecta sintonía con su entorno,
los parques o parajes naturales del litoral sur-atlántico andaluz.