Las sustancias alargarán la vida media de fresas y hortalizas procedentes de la agricultura ecológica.
Andalucía Investiga
Isidro González Collado
Departamento de Química Orgánica
En la agricultura, el uso limitado de fungicidas para luchar
contra los hongos patógenos destructores de cultivos, hortalizas y frutas es un
problema por las pérdidas que ocasiona en el sector. Dos de las especies de
cepas más habituales en nuestra comunidad autónoma, y que actúan principalmente
en fresas, vid y tomates, son la
Botrytis y el Colletotrichum. Ambos patógenos pueden atacar
todas las partes de la planta pero es en la etapa de post-cosecha, es decir,
cuando los cultivos son almacenados, donde provocan una mayor destrucción.
Para aminorar estos efectos, investigadores de la Universidad de Cádiz
han logrado la caracterización de una serie de sustancias químicas que actúan
como fitoprotectores de estos cultivos mediante la activación de su sistema
immune o mecanismo de defensa. Este descubrimiento ha sido el resultado del
estudio realizado en el marco del proyecto de excelencia Fitoprotectores y
detección temprana de infecciones por hongos fitopatógenos: Desarrollo de
resistencia a la infección por Botrytis y Colletotrichum en cultivos de interés
en agroalimentación, incentivado por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia con
465.668 euros.
Dos grupos de trabajo de la Universidad de Cádiz,
Diseño Biosíntetico de Fungicidas y Microbiología Aplicada y Genética
Molecular, han sido los artífices de estas formulaciones químicas que activan
el mecanismo de defensa de la planta, es decir, su sistema inmune, y que evitan
su contagio. Hemos caracterizado sustancias no biocidas fácilmente degradables que provocan una mayor
resistencia del cultivo a la infección causada por el hongo Botrytis, indica
Isidro González, investigador principal del proyecto. Pero además, ese poder
repelente (fitoprotector) de las sustancias se extiende al fruto y a las hojas
del cultivo una vez recolectado. Esto permite a su vez alargar la vida media
del estado saludable de la fruta, hortaliza o verdura en un escaparate. El
tomate, el cultivo sobre el que hemos realizado un mayor número de ensayos,
dependiendo de la variedad, puede alargar su vida media en buen estado durante
3 ó 4 días, indica el investigador.
Las sustancias caracterizadas se han orientado para su
aplicación en el sector de la agricultura ecológica por ser naturales y
fácilmente degradables.
Se trata de compuestos Light, con una toxicidad baja, que
tendrá una mayor efectividad en productos de agricultura ecológica. Una de las
herramientas utilizadas para lograr la identificación de esas moléculas con
principios activos similares a los hongos patógenos ha sido la técnica de la PCR (Polymerase Chain Reaction
o Reacción en Cadena de la
Polimerasa), que permite la amplificación de un fragmento de
ADN y es utilizada sobre todo en el campo de la medicina.
En estos momentos se mantienen contactos con las empresas
Newbiotechnic (NBT) y Viveros California para ensayar la efectividad de las
nuevas formulaciones en plantas y en cultivos in vitro para su posterior
comercialización. Con ellas estamos negociando las patentes o la transferencia
tecnológica del conocimiento o know-how, explica Isidro González.