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Centro Tecnológico
Según datos de la FAO, se calcula
que en la actualidad, cerca de 89 millones de toneladas de residuos procedentes
de la cadena alimentaria se desperdician (unos 179 kg por persona al año). Esto
supone una pérdida del 50% de la producción total de alimentos en buen estado.
Estas cifras facilitadas por la Resolución que el Parlamento Europeo acaba de
aprobar el pasado 19 de enero, encierran no sólo su preocupación en clave ética
sino también su preocupación por el ahorro energético, la mejora nutricional y
la eficiencia económica.
La Resolución del Parlamento ha
calificado esta situación como de despilfarro y para combatirlo ha solicitado
a la Comisión, al Consejo y a los Estados Miembros que elaboren estrategias e
implementen la normativa y las políticas necesarias para hacer de la lucha
contra el despilfarro, una prioridad. Y lo ha hecho con el objetivo de
reducir a la mitad el porcentaje de residuos a lo largo de toda la cadena
alimentaria para el año 2025, y proclamando 2013 Año Europeo contra el
Despilfarro de Alimentos.
Estrategias para mejorar la eficiencia
de la cadena alimentaria
Tanto los aspectos reglamentarios
como los estándares de calidad privados aplicables al aspecto exterior de los
alimentos dan lugar a muchos descartes innecesarios. De hecho se observan
diversos comportamientos en cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria
donde se produce este descarte con alimentos perfectamente comestibles: desde
las pérdidas en la cosecha y el almacenamiento, transporte, errores de envasado
y hábitos de los consumidores finales en la compra.
El resultado esperado por el
Parlamento no sólo se centra en la lucha contra el hambre, y en consecuencia en
los aspectos éticos, sino también económicos, pues la aplicación de medidas
contra el despilfarro, supondría un claro uso más eficiente de la tierra y una
mejor gestión de los recursos hídricos, sanitarios y ambientales. Los residuos
de alimentos suponen un agravamiento del calentamiento global, ya que para
producir un kilo de alimentos se emiten a la atmósfera 4,5 kilos de CO2.
Medidas que propone la comisión
para evitar el despilfarro de alimentos
Por ello, entre las medidas que
propone la Comisión, además del pago por contaminación para poner barreras al
calentamiento global, plantea un etiquetado con doble fecha (límite para la
venta y límite de consumo), poder reducir el precio de los alimentos cuando
éstos se acerquen al final de su vida útil y la optimización de envases,
diversificando el tamaño, almacenamiento y utilización de los productos así
como el diseño de envases óptimos para prolongar la vida útil de los productos,
etc.
El texto de la Resolución
adoptada por el Parlamento, es, por el momento, una clara apuesta de
intenciones que marcarán la agenda legislativa de los próximos años. Algunos
datos de la Resolución son suficientes para entender el porqué de la citada
estrategia.