Hasta junio, esta merma ha supuesto para el sector apícola unas pérdidas de 70 millones de euros. Las expectativas en lo que resta de año no son nada halagüeñas.
Las poblaciones de abejas han disminuido con rapidez en muchos países, un descenso impulsado por un fenómeno conocido como desorden de colapso de colonias.
El objetivo de estos estudios es reducir las incógnitas en torno a la alta mortandad de las abejas.
La apicultura está íntimamente ligada a las floraciones, tanto de vegetación natural como cultivada, por lo que un periodo de sequía le afecta directamente.